LD (Efe) El candidato de UPN, Miguel Sanz, ha sido elegido por cuarta vez presidente del Gobierno de Navarra en la segunda votación de su proceso de investidura, en la que obtuvo la mayoría simple necesaria al votar en blanco once parlamentarios del PSN y uno de ellos abstenerse.
Además de los votos en blanco y la abstención de los socialistas, cuya postura fue decidida por el PSOE tras rechazar un pacto entre PSN-NaBai e IU, Miguel Sanz contó con 24 votos a favor (UPN y CDN) y 14 en contra (Nafarroa Bai e IU)
Con esta segunda votación finaliza un proceso de investidura que se inició el pasado jueves con el discurso de Miguel Sanz y continuó ayer con las réplicas de los portavoces de los grupos parlamentarios y con la primera votación, en la que era necesaria una mayoría absoluta que no obtuvo.
Además de los votos en blanco y la abstención de los socialistas, cuya postura fue decidida por el PSOE tras rechazar un pacto entre PSN-NaBai e IU, Miguel Sanz contó con 24 votos a favor (UPN y CDN) y 14 en contra (Nafarroa Bai e IU)
Con esta segunda votación finaliza un proceso de investidura que se inició el pasado jueves con el discurso de Miguel Sanz y continuó ayer con las réplicas de los portavoces de los grupos parlamentarios y con la primera votación, en la que era necesaria una mayoría absoluta que no obtuvo.
Miguel Sanz inicia su cuarto mandato, en el que va a gobernar en minoría, por lo que deberá afrontar la posibilidad de ser objeto de una moción de censura o la de optar a un anticipo electoral si Navarra es "ingobernable", como anticipó en su investidura.
Proveniente del mundo del municipalismo, fue alcalde de su pueblo, Corella, entre 1983 y 1991, y en 1995 encabezó la lista por Unión del Pueblo Navarro (UPN) al Parlamento foral, la más votada, con 17 escaños.
En las elecciones de 1999, 2003 y 2007 la volvió a encabezar y obtuvo 22, 23 y 22 escaños, respectivamente.
El también presidente de Caja Navarra es diplomado en Magisterio, posee un máster en Dirección de Empresas y comenzó su trayectoria profesional en el sector de la banca.
Entre 1991 y 1995 fue vicepresidente del Gobierno de Navarra y consejero de Presidencia.
Proveniente del mundo del municipalismo, fue alcalde de su pueblo, Corella, entre 1983 y 1991, y en 1995 encabezó la lista por Unión del Pueblo Navarro (UPN) al Parlamento foral, la más votada, con 17 escaños.
En las elecciones de 1999, 2003 y 2007 la volvió a encabezar y obtuvo 22, 23 y 22 escaños, respectivamente.
El también presidente de Caja Navarra es diplomado en Magisterio, posee un máster en Dirección de Empresas y comenzó su trayectoria profesional en el sector de la banca.
Entre 1991 y 1995 fue vicepresidente del Gobierno de Navarra y consejero de Presidencia.
Una historia de pactos con CDN
A pesar de que en 1995 UPN fue la lista más votada, un pacto de gobierno entre CDN, PSN y EA (22 diputados) dio la presidencia al socialista Javier Otano, quien dimitió posteriormente tras descubrirse que era titular de una cuenta en Suiza, por lo que le sucedió Miguel Sanz.
Sanz está acostumbrado a gobernar en minoría, con el apoyo implícito o explícito de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), pero en esta legislatura, por primera vez, las fuerzas de la oposición suman más votos (26), de ahí la fragilidad del Ejecutivo.
Tras conocerse los resultados electorales, Nafarroa-Bai (12 escaños), el PSN (12) e IU (2) comenzaron a negociar un gobierno de progreso, que no llegó a materializarse debido a la orden de la Ejecutiva socialista de suspender las negociaciones y abstenerse en la investidura de Miguel Sanz.
Esta actitud del PSOE no ha sido bien entendida por una parte del PSN, y a la dimisión del candidato, Fernando Puras, le ha seguido la de la cúpula de las Juventudes Socialistas, así como protestas y manifestaciones de otros cargos municipales en la comunidad.
Los socialistas de Navarra entendían que la sociedad había votado por un cambio, especialmente por los ataques sufridos desde el inicio del proceso de paz con ETA, ya que tanto el PP como UPN temían que Navarra fuera objeto de algún tipo de negociación.
A pesar de que en 1995 UPN fue la lista más votada, un pacto de gobierno entre CDN, PSN y EA (22 diputados) dio la presidencia al socialista Javier Otano, quien dimitió posteriormente tras descubrirse que era titular de una cuenta en Suiza, por lo que le sucedió Miguel Sanz.
Sanz está acostumbrado a gobernar en minoría, con el apoyo implícito o explícito de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), pero en esta legislatura, por primera vez, las fuerzas de la oposición suman más votos (26), de ahí la fragilidad del Ejecutivo.
Tras conocerse los resultados electorales, Nafarroa-Bai (12 escaños), el PSN (12) e IU (2) comenzaron a negociar un gobierno de progreso, que no llegó a materializarse debido a la orden de la Ejecutiva socialista de suspender las negociaciones y abstenerse en la investidura de Miguel Sanz.
Esta actitud del PSOE no ha sido bien entendida por una parte del PSN, y a la dimisión del candidato, Fernando Puras, le ha seguido la de la cúpula de las Juventudes Socialistas, así como protestas y manifestaciones de otros cargos municipales en la comunidad.
Los socialistas de Navarra entendían que la sociedad había votado por un cambio, especialmente por los ataques sufridos desde el inicio del proceso de paz con ETA, ya que tanto el PP como UPN temían que Navarra fuera objeto de algún tipo de negociación.
Una de las legislaturas más frágiles
Los desencuentros se hicieron visibles en la manifestación del pasado 17 de marzo en Pamplona, a la que acudieron los principales líderes del PP y UPN, bajo el lema Fuero y libertad. Navarra no es negociable, en tanto que desde las filas socialistas se insistía en que mentían los que afirmaban que Navarra formaba parte de la negociación.
Sobre esta cuestión giró la mayor parte de la campaña electoral en la comunidad foral, aunque, una vez vistos los resultados y el fin de la tregua de ETA, el asuntos se fue diluyendo, hasta el punto de que Sanz ofreció entrar a los socialistas en el Gobierno y Puras llegó a proponer un Ejecutivo "de convivencia", en el que entrasen todos, así como independientes.
Ello, junto con la afirmación de los portavoces de Na-Bai e IU de que no cejarán para constituir un gobierno de progreso en la comunidad y la posibilidad de un adelanto electoral si UPN no logra gobernar con comodidad, hacen de esta legislatura una de las más frágiles de los últimos años.-
Los desencuentros se hicieron visibles en la manifestación del pasado 17 de marzo en Pamplona, a la que acudieron los principales líderes del PP y UPN, bajo el lema Fuero y libertad. Navarra no es negociable, en tanto que desde las filas socialistas se insistía en que mentían los que afirmaban que Navarra formaba parte de la negociación.
Sobre esta cuestión giró la mayor parte de la campaña electoral en la comunidad foral, aunque, una vez vistos los resultados y el fin de la tregua de ETA, el asuntos se fue diluyendo, hasta el punto de que Sanz ofreció entrar a los socialistas en el Gobierno y Puras llegó a proponer un Ejecutivo "de convivencia", en el que entrasen todos, así como independientes.
Ello, junto con la afirmación de los portavoces de Na-Bai e IU de que no cejarán para constituir un gobierno de progreso en la comunidad y la posibilidad de un adelanto electoral si UPN no logra gobernar con comodidad, hacen de esta legislatura una de las más frágiles de los últimos años.-