(Libertad Digital) El juez titular del Juzgado de lo Penal número 40 de Madrid tiene en cuenta, al decretar el "sobreseimiento libre y el archivo" de la denuncia de Juan Luis Cebrián contra Federico Jiménez Losantos, el historial de descalificaciones y ataques a la reputación de quienes han criticado o desenmascarado los métodos, intereses y falsificaciones del grupo Prisa.
El magistrado De la Hoz García, en concreto, constata que El País y su consejero delegado, Cebrián, han sido tan receptores como emisores de la crítica más acerba.
El juez califica de "elocuente", al respecto, la documentación aportada por la Defensa de Jiménez Losantos y que compila las descalificaciones vertidas por Cebrián a lo largo de su carrera contra la COPE y sus líderes de opinión, entre otros, Federico Jiménez Losantos.
Se trata de opiniones "plagadas de duros epítetos tanto hacia el medio donde desempeña su actividad profesional el señor Jiménez Losantos como hacia su propia persona en cuanto periodistas", que se inscriben en un "contexto de crispación" en el que Cebrián se ha amparado para llamar, entre otras cosas, "fascista sociológico" y "bandolero" a Aznar, o "conspirador" y "talibán" a Federico Jiménez Losantos, entre otros opositores al Gobierno de Rodríguez Zapatero, al que protegen e inspiran los medios del grupo Prisa.
El 29 de abril de 2004, poco después del triunfo socialista en las Elecciones Generales, Juan Luis Cebrián concedió una entrevista al corresponsal del diario argentino La Nación, en la que, entre otras lindezas, llama "fascista sociológico", "un hombre muy mediocre" y "bandolero" al ex presidente José María Aznar.
En aquellas fechas, recién estrenado el mandato de Zapatero, ni siquiera podía refugiarse en el manido "clima de crispación" para proferir estas descalificaciones.
El 12 de octubre de 2006, en pleno linchamiento del Gobierno, los medios de Prisa y el juez Baltasar Garzón contra los policías que habían constatado en un informe sobre el 11-M que ETA también ha utilizado el ácido bórico para fabricar explosivos, Juan Luis Cebrián llama "charlatán de mierda" a Federico Jiménez Losantos, sin nombrarlo pero aludiéndole continuamente en un artículo titulado Sobre la mierda de toro, en el que también reparte estopa a los periodistas de El Mundo y a cualquiera que cuestione la versión oficial el 11-M.
"Voceadores de la inmundicia", "desvergonzados", "inventores de paparruchas", los llama Cebrián, ahora furioso por el Auto judicial que le recuerda que ni él ni los medios que controlan han sido precisamente unos santos en sus críticas a los demás.
El ex presidente Aznar ha sido blanco obsesivo de las difamaciones del mismo Cebrián que ahora arremete contra un juez por haber desestimado su denuncia contra un periodista.
El 23 de septiembre de 2004, al hilo de la conmemoración de los atentados contra el WTC de Nueva York, El País comparó a Aznar con Bin Laden, en un artículo editorial.
Un día antes, y en presencia del JEMAD y del presidente del Senado, el consejero delegado de Prisa había imputado a Aznar el intento de "extorsionar" a los medios de comunicación durante las jornadas que transcurrieron entre los atentados del 11-M en Madrid y las Elecciones Generales de ese mes de marzo.
Cebrián ha creado escuela de insidias en los medios de Prisa.
Dos de sus alumnos más aventajados son Javier Pradera y Ernesto Ekaizer, abonados a epítetos como "fanáticos", "talibanes" o "conspiradores" cuando se refieren a periodistas como Federico Jiménez Losantos o Pedro J. Ramírez, director de El Mundo.
El juez que ha archivado la denuncia de Cebrián contra Jiménez Losantos viene a recordarle al directivo de Prisa, en su Auto del pasado 19 de julio, que aquí nadie ha extremado la libertad de expresión más que El País y que el propio Cebrián.
Una libertad que el consejero delegado de Prisa, antiguo censor de los informativos de la televisión franquista, viene empeñado desde hace algún tiempo en acotar para algunos medios y periodistas, y así lo repite, y no se cansa, en todas las tribunas a las que acude.