L D (Europa Press) La entrada de inmigrantes en España ha permitido que entre 1996 y 2005, la renta per cápita haya mejorado en 623 euros por español, un 3 por ciento más, según un estudio sobre la 'Inmigración y la Economía Española (1996-2006)' elaborado por la Oficina Económica de Moncloa, al que tuvo acceso Europa Press.
El estudio, elaborado por el entonces director del organismo Miguel Sebastián, revela que en los últimos diez años, más de un punto porcentual del crecimiento medio anual se puede atribuir a la inmigración, es decir, el 30 por ciento del aumento del PIB en la última década. Este porcentaje es mucho mayor en los últimos cinco años (2000-2005), en los que la inmigración explica más del 50 por ciento del crecimiento económico.
En concreto, en el último lustro, del 3,1 por ciento del crecimiento medio anual del PIB español, el 1,6 por ciento lo explica la inmigración. De ellos, 0,4 puntos se deben a su impacto sobre la renta per cápita y 1,2 puntos al impacto sobre la población.
De hecho, el estudio explica que sin el fenómeno de la inmigración, el factor demográfico se hubiera reducido y la renta per cápita habría caído una décima de promedio anual a lo largo de la última década y dos décimas en los últimos cinco años. Así, de los 4,7 millones más de habitantes que tiene España desde 1996, 3,6 millones son inmigrantes, el 76,5 por ciento del total.
En cuanto a su impacto sobre el crecimiento económico, los inmigrantes han pasado de contribuir un 7 por ciento al crecimiento de la riqueza nacional (0,3 puntos sobre 4,1 puntos) entre 1996 y 2000 a casi un 40 por ciento en los últimos cinco años (1,2 puntos sobre 3,1 puntos).
El estudio de la Oficina Económica de Moncloa revela también que en la actualidad, los inmigrantes aportan 23.402 millones de euros a los ingresos públicos (según datos de 2005), lo que representa el 6,6 por ciento de la recaudación total, y reciben 18.618 millones de euros, apenas un 5,4 por ciento del total de gastos de las administraciones públicas.
Aportan la mitad del superávit público
Por tanto, la población extranjera es contribuyente neta a las arcas públicas por valor de 4.784 millones de euros, lo que representa prácticamente la mitad del superávit obtenido en 2005 por el conjunto de las administraciones públicas, que alcanzó el 1,1 por ciento del PIB. "En torno a la mitad del superávit total del año 2005 (9.933 millones de euros) se explica por la aportación directa de los inmigrantes a las arcas públicas", añade el estudio.
La clave, explica el Gobierno, radica en que los inmigrantes contribuyen, vía cotizaciones, en alrededor de 8.000 millones de euros (el 7,4 por ciento del total), mientras que sólo reciben 400 millones en pensiones (el 0,5 por ciento del total), dado que la mayoría de inmigrantes que trabajan en España aún no han llegado a la edad legal de jubilación.
En cuanto a la distribución de los ingresos fiscales por figuras tributarias, la población extranjera aporta el 3,2 por ciento de la recaudación total del IRPF (1.874 millones de euros en 2005), porcentaje escaso debido a que la población extranjera percibe un salario un 30 por ciento inferior a la media de los españoles, por lo que pagan menos a Hacienda por este concepto.
El 6,8 por ciento del IVA y el 8,3 por ciento de especiales
En cambio, aportan el 6,8 por ciento del IVA (3.766 millones de euros en 2005) y el 8,3 por ciento de los Impuestos Especiales (1.877 millones de euros). Dentro de éstos, aportan el 6,5 por ciento del Impuesto de Matriculación (103 millones de euros).
La contribución que realizan en el resto de figuras impositivas (Sociedades, impuestos patrimoniales o el IBI, entre otras), se ha realizado mediante una estimación, que eleva la aportación de los inmigrantes al 7,2 por ciento del total de estos ingresos (7.806 millones de euros).
Estos porcentajes por el lado de la recaudación contrastan con el gasto que originan en servicios públicos. En concreto, absorben el 4,6 por ciento del gasto total en Sanidad (2.265 millones de euros), el 6,6 por ciento de Educación (2.464 millones de euros) y el 4,4 por ciento de las políticas activas de empleo (575 millones de euros).
Contribución negativa a partir de 2030
A la vista de este escenario, y teniendo en cuenta la pirámide de población de los inmigrantes que viven en España (la mayoría está en edad de trabajar), el Gobierno concluye que la aportación neta de la población extranjera todavía irá aumentando hasta el año 2012, pero a partir de entonces, empezará a reducirse debido fundamentalmente a las "altas" tasas de crecimiento del gasto en pensiones y sanidad de este colectivo.
El periodo más crítico será, según los cálculos gubernamentales, a partir del año 2030, momento en el cual los inmigrantes que hoy están trabajando, empezarán a jubilarse.
La inmigración, responsabilidad del 30 por ciento del déficit exterior
Finalmente, el estudio analiza cuál es el impacto de la inmigración en el déficit exterior de la economía española, que se situó en el 7,3 por ciento del PIB en 2005, y concluye que el 30 por ciento del mismo (2,1 puntos del PIB) se explica por la población extranjera, dado el envío de remesas, su menor propensión al ahorro y su patrón de consumo sesgado hacia los bienes duraderos, en su mayor parte importados.
El Gobierno explica que las remesas de los inmigrantes alcanzaron en 2005 el 0,5 por ciento del PIB (4.614 millones de euros), lo que redujo el saldo positivo de la balanza de transferencias corrientes, al tiempo que su mayor propensión al consumo, obliga a las empresas españolas a importar más productos para satisfacer esta demanda.
Así, el Ejecutivo calcula que los inmigrantes pueden estar consumiendo un 1,3 por ciento del PIB por encima de su renta disponible. Sólo en 2005, compraron un 25 por ciento de las viviendas vendidas y absorbieron entre el 15 por ciento y el 20 por ciento de las hipotecas.