L D (Europa Press) Al grito de "Queremos luz, queremos luz", cortaron al tráfico el paseo Maragall y mostraron su descontento por el cordón policial de los Mossos d'Esquadra, que consideraron desproporcionado.
Aunque instituciones y asociaciones de consumidores recomiendan pedir indemnizaciones a la compañía eléctrica, los afectados se mostraron escépticos sobre la eficacia de las reclamaciones. Después de 35 horas sin luz muchos se quejaban de la falta de información fiable. La Generalidad y las compañías habían anunciado que en las horas de menor consumo todos los abonados tendrían suministro pero horas después el Ayuntamiento tuvo que admitir que no estaba asegurada la electricidad en todos los hogares.
En otras zonas de la ciudad también hubo caceroladas ruidosas pero con menos seguidores. Es el caso del paseo Sant Joan a la altura de la calle Industria, completamente a oscuras, donde algunos vecinos salieron a la calle y otros siguieron la protesta desde sus balcones con cacerolas y trompetas. En esta ocasión no hubo cortes de tráfico, pero sí había guardias urbanos en los cruces ya que todavía hay semáforos que no funcionan y los cuerpos de seguridad han incrementado sus tareas.
También en el barrio de Sant Andreu decenas de personas de todas las edades salieron a la calle para protestar por el gran apagón. Coincidiendo con la protesta, los conductores hacían sonar el claxon para manifestar su solidaridad. Estas caceroladas se suman a las que el lunes se dieron de forma espontánea en zonas afectadas por el apagón, como el Clot o Gracia.
De los 350.000 usuarios de Fecsa Endesa afectados por la avería, la noche del martes permanecieron sin suministro unos 10.000, que corresponden a la subestación de Maragall.