LD (Víctor Gago) El investigador Bote Álvarez-Carrasco se expresa con escepticismo sobre la promesa de Rodríguez Zapatero.
"Este tipo de ocurrencias", anota en el Economy Weblog del Instituto de Empresa, "ya han sido llevadas a cabo en otros países. En Francia, adoptaron hace tiempo medidas similares (...), aunque más generosas aún y también incondicionadas. Y los resultados al cabo de unos años", ha recordado Vicente Bote, "no son especialmente positivos, al tiempo que han contribuido a crear cierto malestar en la medida en que se han convertido en una fuente de captación de recursos públicos por parte de la población inmigrante".
A su juicio,"este tema, delicado, no debe olvidarse en el análisis".
El experto del IE considera "previsible" que la medida "no servirá para incrementar la natalidad de forma directa, ya que todos los padres responsables saben que 2.500 euros son una ínfima parte del coste que supone criar a un hijo".
"No se trata de un incentivo a la natalidad", advierte Valentín Bote, sino de "una simple ayuda para el mantenimiento de los hijos, sin más".
Y recuerda que "esta ayuda se concede con dinero público. Con dinero de los impuestos pagados por todos los contribuyentes. Y es una medida carísima", anota, recordando su coste de 1.200 millones de euros, una estimación obtenida de multiplicar 2.500 euros por 481.102, que es el número de nacimientos en España, en 2006.
"¿No resulta decepcionante que el Gobierno no encuentre mejor uso a este dinero que una subvención directa? ¿No podría gastarlo, por ejemplo, en promover la creación de guarderías, que fomenten la incorporación de las madres al mercado de trabajo?", se pregunta el analista del Instituto de Empresa.
Bote transmite el resultado de un sencillo ensayo practicado por él mismo. Según cuenta en su blog, introdujo en el motor de búsqueda de Google las palabras "2.500 euros zapatero hijos" y lo que resultó fue una marea de consultas a páginas República Dominicana, Argentina o México que habían replicado la noticia. "¿Estamos ante un nuevo elemento que alimentará el “efecto llamada”?, sugiere, a partir de esta observación.