LD (Víctor Gago) Siete días antes de que el presidente del Gobierno invocase, durante el reciente Debate sobre el estado de la Nación, el nombre de José Antonio Marina como un modelo de pedagogía del buen ciudadano, el aludido dio por fracasado el proyecto de Educación para la Ciudadanía.
Fue en uno de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial, celebrado entre el 25 y el 29 de junio pasados.
El seminario estaba dedicado a la nueva asignatura de formación moral e ideológica, tenía un enfoque claramente propagandístico del proyecto educativo del PSOE y reunía a destacados ponentes socialistas, empezando por la ministra de Educación, que lo inauguró, e incluyendo al ex comisionado para las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces-Barba, o la ex senadora socialista y profesora de Ética, Adela Cortina.
Tal vez porque todo estaba predispuesto a la propaganda de la asignatura, las pesimistas palabras de Marina sobre el porvenir de EpC en el sistema educativo han sido silenciadas.
Así transcribió un asistente al seminario, en un foro de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, las declaraciones de José Antonio Marina en el marco del curso de verano de la Complutense:
"La controversia política y la llamada a la rebeldía expresada por los obispos ha hecho descarrilar el tren de Educación para la Ciudadanía, la asignatura implantada por la Ley Orgánica de Educación (LOE) como alternativa a la asignatura de religión. Ésta es la tesis que defiende el catedrático de filosofía y ensayista José Antonio Marina, que ayer sumó su voz al debate sobre esta polémica materia que se está desarrollando esta semana en el curso Educación para la Ciudadanía".
Continúa citando este alumno a Marina:
“Hay un pulso político al Gobierno e incluso hoy hay una intervención urgente del PP en el Congreso para pedir que retire la asignatura, como si nos fuera la vida en ello”, declaró a los medios el autor de Aprender a convivir, quien también considera que “no hay ninguna justificación” para la oposición frontal de los obispos.
“Con todo este asunto, la asignatura está destruida y ahora es el momento de pedir cuentas y aclarar de quién ha sido la culpa”, afirmó Marina, que defiende a capa y espada la necesidad de implantar este tipo de enseñanzas.
“Es absolutamente imprescindible, sólo tienes que mirar cómo está la calle y cómo se comportan los chicos: droga, violencia, fracaso escolar, falta de civismo, decepción y desinterés por la cosa pública…”, explica.
Según este filósofo, no es aceptable la sospecha de que “cada gobierno inculcará su propia moral en Educación para la Ciudadanía”, ya que “hay una serie de valores universales, como la Declaración de loa Derechos Humanos y la Constitución, que el Estado tiene la obligación de fomentar y transmitir”.
La versión de Europa Press
Un despacho de la agencia Europa Press del pasado 26 de junio, día en el que el pedagogo elegido por Zapatero intervino en el seminario, resumía así su intervención:
El catedrático de Filosofía y ensayista José Antonio Marina advirtió hoy de que el grado de "politización" que se está alcanzando en la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos está "destruyendo" la materia incluso antes de comenzar a impartirse, el próximo año. Lamentó así que ésta "ya esté sometida a una especie de amenaza" por la "belicosidad" de las críticas, al tiempo que pidió responsabilidad al poder político para enfrentarse a un "debate serio" y no a un "quién gana".
Advirtió de que se está "destruyendo" la asignatura de Educación para la Ciudadanía, motivo por el cual, desde hoy, "hay que empezar a pedir cuentas" a los representantes políticos. "Esta belicosidad en la crítica de la asignatura hace que, aunque quede, ya va a servir para muy poco, ¿y quién ha tenido la culpa?", se preguntó. A su entender, aunque la asignatura continúe tras las elecciones de 2008, ya está sometida "a una especie de amenaza".
Ante el supuesto de que el PP retirara de las escuelas la asignatura si resultara ganador en los comicios de próximo año, Marina lamentó que esto es hacer con la educación un "tío vivo". "Lo hizo mal el PSOE al cambiar la ley, ¿y lo va a hacer mal el PP al cambiar la ley?. No se puede estar cambiando una ley cada cuatro años, esto paraliza la educación, desmoviliza a la gente y produce un sentimiento de qué están haciendo con nosotros", se quejó.
A su juicio, hoy España "necesita una profunda educación ética para los alumnos" porque los adultos hoy "no podemos resolver sus problemas".
"Lo que tenemos que hacer es proporcionarles los recursos intelectuales, afectivos y éticos necesarios para que cuando pasen a la fase adulta tengan capacidad para enfrentarse seriamente a los problemas", indicó. Consideró además que en una sociedad tan individualista necesitamos "recuperar la conciencia de que vivimos en sociedad".
Argumentó que "sólo hay que mirar cómo está la calle" y los problemas sociales a los que se enfrenta la nueva generación: la droga, la violencia, el fracaso escolar y la falta de civismo, entre otros. "Si a esto le unes el sentimiento de que todo vale, el que no crean que tengan que dar explicaciones por sus actos, el desinterés por la política y el que se estén acostumbrando a la corrupción como forma de vida, yo creo que es absolutamente imprescindible la asignatura en las escuelas", afirmó.
"Valores universales" transmitidos por el Estado
Respecto a si la educación en valores que enseña la asignatura no los imparte ya la familia, Marina respondió tajante: "Me parece estupendo que la den los padres, pero la escuela está teniendo que hacerse cargo de cosas que las familias no hacen". Matizó en este punto que "hay una educación que corresponde al sistema educativo, la que se refiere a los valores éticos fundamentales en un Estado de Derecho y una sociedad democrática".
"Esos son valores universales que el Estado tiene la obligación de transmitir, fomentar y vigilar porque son los valores fundamentales de nuestra conviviencia", afirmó Marina, quien indicó que dichos valores son los recogidos en la Constitución y en la Carta de Derechos Humanos. "Se está dando la impresión de que aquí cada uno va a soltar su rollito moral –se quejó–, pero la asignatura se llama Eduacación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos y el marco son los derechos humanos".
Dicho esto, Marina enfatizó que "la amenaza" no está en la asignatura sino en que los chicos de hoy "no tengan una educación". Se refirió así a las críticas desde la Iglesia católica, de las que reconoció "no entender" su razonamiento. "No tienen justificación ninguna porque, primero, esto no es una injerencia en los derechos de los padres, sino un derecho paralelo", agregó al tiempo que indicó que éste último es "secundario" a otro más fundamental: "El derecho de los hijos a ser bien educados".
En este sentido, recalcó que las nuevas generaciones deben "reconocer, aceptar y cumplir" los valores éticos y fundamentales de la convivencia en democracia, lo que, a su entender, "no se puede dejarse a la buena intención de los padres". "¿Quién enseña el lenguaje a los hijos?, los padres, y entonces ¿no vamos a enseñar gramática en las escuelas?", argumentó. A su enteder, dichas críticas sólo "ahondan" en la brecha entre las familias y la escuela, algo, a su juicio, "muy grave", porque los profesores "no son los enemigos de las familias".