(Libertad Digital) Hay ocho perfiles genéticos no identificados entre las pruebas acumuladas por el juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo. Uno de ellos está impreso en la única huella de la mochila de Vallecas que, tres años después, sigue sin tener nombre y apellidos.
"Pese a tratarse de un efecto especialmente trascendente para la investigación –en palabras del propio Del Olmo–", cuenta El Mundo, "hasta ahora sólo se había cotejado el ADN con una persona no imputada en la causa. Se trata del Tedax que desactivó el artefacto".
El mismo diario recuerda que en el auto de procesamiento, el juez instructor "mantenía abiertas todas las opciones": que esa huella no identificada "pertenezca a un terrorista o que corresponda a un contacto accidental de alguna persona ajena a los presuntos implicados desde el momento de su recuperación hasta la recogida de muestras".
La decisión de Del Olmo ha sido incluida en las diligencias previas 147/2006, abiertas para continuar la investigación del 11-M, y que continúan bajo secreto.
Hace un año, y dentro de esas mismas diligencias, Del Olmo llamó a Sánchez Manzano a declarar para que explicara por qué dijo ante la Comisión del 11-M que se había detectado nitroglicerina –ajena a la Goma 2-ECO– en los focos de los trenes. El ex jefe de los Tedax se retractó y dijo que se había equivocado.
Del Olmo también ha solicitado a las Fuerzas de Seguridad que "le entreguen una lista con las personas que desde el 11 de marzo pudieron tener contacto con la mochila de Vallecas, que teóricamente provenía de la Estación de El Pozo. El listado incluye a miembros de los servicios de limpieza que actuaron esa mañana en El Pozo y los artificieros que actuaron en esa estación. En ambos casos emplearon guantes, al menos en teoría", indica El Mundo.