LD (Agencias) Envueltos en la bandera española, los ataúdes que contenían los restos de Jefferson Vargas Moya, Jason Alejandro Castaño Abadía, Juan Erickson Posada, Jonathan Galea García, Juan Vidoria Díaz y David Puerta Ruiz, los soldados españoles muertos en el Líbano, presidieron la ceremonia luctuosa que en su honor tuvo lugar en la base de la Brigada de Paracaidistas de Paracuellos del Jarama.
En el acto, encabezado por los Príncipes de Asturias, las víctimas recibieron la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo. Como ya ha pasado en otras ocasiones, el Gobierno no les ha concedido el distintivo rojo, que es el que corresponde por morir en acción de guerra. El arzobispo castrense Francisco Pérez ofició la homilía en la que resaltó la entrega de los soldados a la causa de la paz y su entrega por su trabajo. Enseguida, Don Felipe colocó las distinciones sobre los féretros cubiertos por una bandera española en la que reposaban las boinas de los soldados paracaidistas.
En el último adiós a los militares estuvieron presentes el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero; la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, así como otras autoridades civiles y militares. Entre los asistentes también estaban el dirigente nacional del PP, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Riguroso luto
A su llegada a la base, los Príncipes de Asturias han saludado afectuosamente a los familiares y allegados de los militares fallecidos en la tribuna reservada para ellos, y que ha congregado a un total de 198 personas. Portando el uniforme de comandante del Ejército de Tierra, el Príncipe Felipe y la Princesa Letizia, de riguroso luto y visiblemente emocionada, se acercaron hasta la carpa de familiares. Allí se produjeron escenas de dolor. Sus altezas conversaron con ellos para transmitirles personalmente el pésame.
"Esos muchachos no pueden ir sin protección"
Durante el funeral se vivieron momentos de inmenso dolor pero también de tensión e indignación. La madre de un cabo de la Brigada Paracaidista, destinado actualmente en la base de Paracuellos del Jarama, increpó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, por la ausencia de inhibidores de frecuencia en los blindados que utilizan los militares españoles en misiones en el exterior.
"Esos muchachos no pueden ir sin protección", afirmó a voz en grito ante el jefe del Ejecutivo la madre de este cabo paracaidista. Al término del funeral de Estado por los seis militares fallecidos el pasado domingo en Líbano, la madre de este militar se dirigió directamente al presidente del Gobierno para quejarse por la protección de los blindados BMR.
Zapatero se detuvo y segundos después se acercó a él De la Vega. Subiendo paulatinamente el tono de sus quejas, la madre reiteró una y otra vez que "no hay derecho" y "no hay valor para que estos militares estén sin protección". En medio de su intervención, la familiar lanzó un grito de "Viva Esperanza Aguirre" para después proclamar que ella no le debe nada a presidente del Gobierno ni a la presidenta regional.
Lágrimas a la llegada
Los féretros con los cuerpos de los soldados llegaron a España a bordo de un Airbus 310 de las Fuerzas aéreas españolas procedentes de Beirut, en el que también viajaba el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. A su llegada, los familiares y amigos de los seis jóvenes militaresprotagonizaron escenas de dolor y emotividad.
Fueron acompañados por la cúpula militar, encabezada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz Roldán, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Compañeros de los soldados fallecidos pertenecientes a la Brigada Paracaidista, sacaron a hombros los féretros del avión, al son de una marcha fúnebre no habitual en los actos castrenses.
Al mismo tiempo, familiares de las víctimas expresaban su dolor, entre llantos y sollozos. La madre de uno de los fallecidos se preguntaba "¿Dónde estás Jefferson?" y era atendida ante su estado de desolación. Durante el acto, el Príncipe de Asturias permaneció en pie, con el uniforme de Comandante del Ejército de Tierra y llevaba un distintivo en el brazo de la Brigada Paracaidista. A su lado, se situó el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. El arzobispo castrense, Francisco González, ofició un breve responso en memoria de los fallecidos.