(Libertad Digital) El panorama económico que Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), presidente del Banco de España, ha dibujado de nuestro país en la presentación del informe anual de la institución que preside, arroja conclusiones un tanto contradictorias con los datos ofrecidos.
Por un lado, MAFO asegura que el endeudamiento familiar en 2006 ha crecido un 19,3 por ciento, situándose en los 776.138 millones de euros. Esto supone, según el Banco de España, un endeudamiento del 125 por ciento de la renta bruta disponible de las familias. Diez puntos por encima del año anterior y aproximadamente 25 puntos más que el endeudamiento familiar conjunto de la Zona Euro. Por otro lado advierte del riesgo que sufren las familias ante eventuales cambios adversos en el empleo, el precio de los activos o en los tipos de interés.
A pesar de todo, MAFO asegura que la situación financiera de las familias "sigue siendo sólida" y no encuentra problemas por el lado de la morosidad. En opinión del presidente del Banco de España, no existen indicios de que las entidades financieras vayan a experimentar dificultades con los impagos de créditos.
El optimismo de Fernández Ordóñez se explica porque "mirando al futuro, en un contexto de ralentización del crecimiento del crédito, cabe pensar que dichos ratios tenderán a crecer, convergiendo a niveles que se podrían considerar como más normales en un contexto de este tipo". No obstante, matiza que ese incremento no debería considerarse como motivo de alarma.
Balance económico
Además de fijarse en el endeudamiento familiar, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha hecho balance de la economía española de la que tanto ha presumido en los últimos meses el presidente del Gobierno. Zapatero ha llegado incluso a calificar el escenario económico español como el mejor de la historia de la democracia.
Siguiendo esta pauta, la mejor economía de la historia de la democracia española necesitaría, según MAFO, una mejora de la eficiencia económica que pasaría por "avanzar en las privatizaciones allá donde tengan sentido" y por intensificar los procesos de introducción de competencia emprendidos en los últimos años.
Además, esta economía, necesita aumentar la competencia en sectores clave como las industrias en red, el mercado de las telecomunicaciones, el sector energético o el de transporte ferroviario. MAFO, en su informe también advierte que "antes de que sea tarde", es necesario tomar conciencia de que la productividad es la principal fuente de bienestar a largo plazo y en este sentido ve necesario reformar el sistema educativo para adecuar la fuerza laboral a las nuevas demandas.
MAFO identifica la innovación como el principal problema de nuestra economía. También alerta de que es necesario cambiar el sistema de negociación colectiva y abaratar los costes de despido de los contratos indefinidos para evitar que las compañías opten por la contratación temporal. Además, una desaceleración cíclica de la economía podría afectar a su vez al empleo temporal y poner en riesgo la generación de puestos de trabajo.
A su vez, alerta de los desequilibrios existentes en el sector exterior, que de persistir, pueden terminar afectando negativamente a la capacidad de gasto y, por ello, al crecimiento del PIB.
A pesar de todas estas alertas, MAFO considera que las perspectivas de la economía española apuntan a que continúe recomponiéndose la estructura de gasto, gracias a una gradual moderación de la demanda interna, particularmente de consumo e inversión en residencia y a una mejora de la contribución de la demanda exterior neta. Algo que en opinión de MAFO supone una tendencia que, de confirmarse, permitiría proyectar hacia el futuro el dinamismo económico de ritmos algo más moderados, en línea con el crecimiento potencial.