L D (EFE) Igual que el día de su fichaje, su despedida ha creado una expectación insólita en una rueda de prensa diaria. Este miércoles era Roberto Carlos el que pasaba delante de los micrófonos para decir adiós. Ahora ha sido David Beckham. Elegante, con camisa blanca y americana azul clara, ofreció una rueda de prensa de una hora de duración, en la que se despidió dedicando elogios al Real Madrid y olvidando lo malo, como los meses que ha estado apartado del equipo y las palabras de su presidente calificándolo de actor.
Comenzó aclarando definitivamente la posibilidad de dar marcha atrás en su próxima aventura en Estados Unidos. "Hay un contrato firmado y el domingo será mi último partido con el Real Madrid. No existe ninguna cláusula con los Galaxy que me permita quedarme". Respondía así, de plano, a la invitación de Ramón Calderón y a su nuevo ingenio en forma de cláusula fantasma para poder retenerlo. Su estancia en el Real Madrid la calificó como "un sueño, cuatro años increíbles" y su máximo deseo es despedirse ganando la Liga. "Ojalá acaben con el final soñado".
"Quería terminar mi carrera en el Real Madrid, pero también en su momento dije que no me iría del Manchester y me fui. Así es el fútbol. Afronto un nuevo desafío y me encanta. A la vez me entristece irme. No he ganado nada aquí pero espero que cambie para irme con un título de Liga. Viviré un día muy triste y emotivo". Beckham realizó un repaso de todo lo vivido en el club blanco. "Desde mi llegada han pasado muchos entrenadores, compañeros, distintos presidentes, varias casas. Me quedo con el respeto que tengo por el Real Madrid. Ha habido cosas buenas y malas, siempre muy diferentes a mi país, pero nunca criticaré a esta entidad porque tengo el mayor de los afectos a este escudo y ha sido un gran honor vestir la camiseta blanca".
"El mejor recuerdo es el día que firmé por el Real Madrid, aunque espero cambiarlo el domingo y ganar la Liga. En cuanto a lo malo, estoy especialmente triste por cómo se me ha tratado fuera del campo, pero dentro de él, en cada partido, la gente ha sido fantástica, no hay adjetivos. Antes de venir a España me habían advertido de lo exigente que es el público del Bernabéu. Ahora pienso que si me quieren es porque he cumplido con sus expectativas y me honra. Guardaré como un tesoro mi última camiseta, como la primera que vestí de blanco", agregó.
Beckham reconoció que fue el Real Madrid el que no quiso renovar su contrato y el que le impulsó a marcharse. "Hace seis meses me di cuenta de que no seguiría. Me dijeron que no renovarían mi contrato y tuve que decidir mi futuro. Irme es una decisión muy difícil y voy a echar mucho de menos al club y a España, pero tengo un gran futuro por delante". Dio las gracias a todos los madrileños: "Madrid se ha portado muy bien con toda mi familia, se lo agradezco a todos" y por encima de títulos destacó la amistad y su orgullo al jugar con Raúl, Figo, Zidane y Roberto Carlos.
Se va sin rencor al presidente, Ramón Calderón, ni al técnico Fabio Capello. "Podía haber jugado dos años más en el Real Madrid seguro, era una posibilidad notable quedarme hasta el final de mi carrera pero no ha podido ser. Pese a ello siento mucho respeto por el presidente y por Capello, uno de los mejores entrenadores en el mundo del fútbol". "No critico a Capello porque es un entrenador al que respeto mucho. Cuando me apartó de los partidos todo el mundo sabía que había algo más que lo puramente deportivo, pero él lo ha ganado todo con sus equipos y sólo tengo elogios a su función como entrenador".
A falta de un partido y con todas las posibilidades de proclamarse campeón de Liga, Beckham hizo balance de su último año, admitiendo que ha sido el más duro por todo lo que ha vivido. "Ha sido la temporada más dura dentro y fuera del campo. Tras 1998 también viví una época dura, pero esta he vivido cosas que nunca pensé que serían posibles. Por suerte mucha gente y mi familia me han arropado y apoyado en todo momento". "Estoy triste, irme me da mucha pena, pero me he visto obligado a tomar esta decisión. He vivido momentos difíciles alejado de entrenamientos y partidos esta temporada, pero lo he dado todo por jugar, sobre todo en el Bernabéu, uno de los mejores estadios del mundo, y al final han salido las cosas. Ha sido un gran honor, un sueño, jugar en el Real Madrid".
Su nuevo objetivo es "llevar el fútbol norteamericano a nuevos niveles" y aseguró que protagoniza en el Real Madrid "un final triste pero no doloroso". Terminó diciendo "siempre gracias" en un castellano que ha mejorado lentamente y mandando un mensaje a la afición. "Muchísimas gracias a toda a la gente, a la afición del Bernabéu, a mis compañeros, a los entrenadores, gracias de corazón a todos porque ha sido un honor jugar aquí. Digo adiós muy triste y además me disculpo por mi español".
Comenzó aclarando definitivamente la posibilidad de dar marcha atrás en su próxima aventura en Estados Unidos. "Hay un contrato firmado y el domingo será mi último partido con el Real Madrid. No existe ninguna cláusula con los Galaxy que me permita quedarme". Respondía así, de plano, a la invitación de Ramón Calderón y a su nuevo ingenio en forma de cláusula fantasma para poder retenerlo. Su estancia en el Real Madrid la calificó como "un sueño, cuatro años increíbles" y su máximo deseo es despedirse ganando la Liga. "Ojalá acaben con el final soñado".
"Quería terminar mi carrera en el Real Madrid, pero también en su momento dije que no me iría del Manchester y me fui. Así es el fútbol. Afronto un nuevo desafío y me encanta. A la vez me entristece irme. No he ganado nada aquí pero espero que cambie para irme con un título de Liga. Viviré un día muy triste y emotivo". Beckham realizó un repaso de todo lo vivido en el club blanco. "Desde mi llegada han pasado muchos entrenadores, compañeros, distintos presidentes, varias casas. Me quedo con el respeto que tengo por el Real Madrid. Ha habido cosas buenas y malas, siempre muy diferentes a mi país, pero nunca criticaré a esta entidad porque tengo el mayor de los afectos a este escudo y ha sido un gran honor vestir la camiseta blanca".
"El mejor recuerdo es el día que firmé por el Real Madrid, aunque espero cambiarlo el domingo y ganar la Liga. En cuanto a lo malo, estoy especialmente triste por cómo se me ha tratado fuera del campo, pero dentro de él, en cada partido, la gente ha sido fantástica, no hay adjetivos. Antes de venir a España me habían advertido de lo exigente que es el público del Bernabéu. Ahora pienso que si me quieren es porque he cumplido con sus expectativas y me honra. Guardaré como un tesoro mi última camiseta, como la primera que vestí de blanco", agregó.
Beckham reconoció que fue el Real Madrid el que no quiso renovar su contrato y el que le impulsó a marcharse. "Hace seis meses me di cuenta de que no seguiría. Me dijeron que no renovarían mi contrato y tuve que decidir mi futuro. Irme es una decisión muy difícil y voy a echar mucho de menos al club y a España, pero tengo un gran futuro por delante". Dio las gracias a todos los madrileños: "Madrid se ha portado muy bien con toda mi familia, se lo agradezco a todos" y por encima de títulos destacó la amistad y su orgullo al jugar con Raúl, Figo, Zidane y Roberto Carlos.
Se va sin rencor al presidente, Ramón Calderón, ni al técnico Fabio Capello. "Podía haber jugado dos años más en el Real Madrid seguro, era una posibilidad notable quedarme hasta el final de mi carrera pero no ha podido ser. Pese a ello siento mucho respeto por el presidente y por Capello, uno de los mejores entrenadores en el mundo del fútbol". "No critico a Capello porque es un entrenador al que respeto mucho. Cuando me apartó de los partidos todo el mundo sabía que había algo más que lo puramente deportivo, pero él lo ha ganado todo con sus equipos y sólo tengo elogios a su función como entrenador".
A falta de un partido y con todas las posibilidades de proclamarse campeón de Liga, Beckham hizo balance de su último año, admitiendo que ha sido el más duro por todo lo que ha vivido. "Ha sido la temporada más dura dentro y fuera del campo. Tras 1998 también viví una época dura, pero esta he vivido cosas que nunca pensé que serían posibles. Por suerte mucha gente y mi familia me han arropado y apoyado en todo momento". "Estoy triste, irme me da mucha pena, pero me he visto obligado a tomar esta decisión. He vivido momentos difíciles alejado de entrenamientos y partidos esta temporada, pero lo he dado todo por jugar, sobre todo en el Bernabéu, uno de los mejores estadios del mundo, y al final han salido las cosas. Ha sido un gran honor, un sueño, jugar en el Real Madrid".
Su nuevo objetivo es "llevar el fútbol norteamericano a nuevos niveles" y aseguró que protagoniza en el Real Madrid "un final triste pero no doloroso". Terminó diciendo "siempre gracias" en un castellano que ha mejorado lentamente y mandando un mensaje a la afición. "Muchísimas gracias a toda a la gente, a la afición del Bernabéu, a mis compañeros, a los entrenadores, gracias de corazón a todos porque ha sido un honor jugar aquí. Digo adiós muy triste y además me disculpo por mi español".
"Raúl es un bastión del madridismo"
"Quiero desear al Real Madrid y a su capitán mucha suerte. No me puedo marchar sin destacar la labor de Raúl. Es un verdadero bastión del madridismo. Ha sido un placer compartir estos años con él, una persona en la que reflejarse, una luz". "Ha aguantado mucho durante este tiempo, y es admirable cómo actúa. Su labor debe ser reconocida por todos", manifestó.