(Libertad Digital) El pasado 20 de febrero se reunían en Ibiza los presidentes de los gobiernos español e italiano, donde presuntamente darían el visto bueno a la operación de abrir las puertas de Endesa a la empresa pública Enel, para frenar la OPA de E.On, que en aquellos días parecía imparable. Cuatro días antes se reunieron Juan Clos y David Taguas con el consejero delegado de Enel, Fluvio Conti en Moncloa.
Pero ese 20 de febrero también se producía un hecho relacionado con Endesa. Fesser y Pizarro se dieron cuenta de que, cuando se dirigían hacia la sede de Endesa estaban siendo seguidos por un coche ocupado por dos personas. Ya en la sede observaron que ese utilitario dio varias vueltas a la manzana. El mismo coche seguiría a Juan Ramón Fesser según se dirigía al centro de Madrid. Cuando llegó a la sede de la Bolsa de Madrid, en la Plaza de la Lealtad, aparcó en las inmediaciones y el coche que le seguía hizo lo mismo. Nada más aparcar, sus ocupantes fueron sorprendidos por un coche patrulla que había sido avisado por Fesser. Se trataba de dos guardias civiles.
Por este motivo, Manuel Pizarro, "hace ya cuatro meses" puso una denuncia y asegura que, de momento, no ha recibido ninguna explicación. En cambio, respondiendo a un requerimiento del PP remitido por diputado popular Ignacio Gil Lázaro, Presidencia del Gobierno reconoce en un documento oficial que, efectivamente, dos agentes de la Guardia Civil, siguieron a Manuel Pizarro aquel día.
No obstante matiza que “los dos miembros de la Guardia Civil involucrados no se encontraban en el ejercicio de sus funciones ni desarrollaban cometidos propios de la Institución, ya que uno de ellos estaba de baja médica y, el otro, franco de servicio”. Según el citado documento, el Gobierno llega a decir que el vehículo en el que realizaron el seguimiento, no era un vehículo oficial de la Guardia Civil. Según este documento, el Gobierno ni ha llegado a alguna conclusión sobre para quién trabajaban los dos guardias civiles ni ha tomado acción disciplinaria alguna contra ellos.
En este documento, la secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes del Ministerio afirma que “en la actualidad, a efectos del esclarecimiento de los hechos y depuración de responsabilidades disciplinarias del personal implicado, la Comandancia de la Guardia Civil instruye la información”.
En declaraciones a Libertad Digital, Ignacio Gil Lázaro ha dicho que no se conforma con la explicación que ha dado el ejecutivo y ha dicho que ya está redactando una nueva pregunta en la que se aclare "a cuenta de quién y por qué" se realizaron esos seguimientos al presidente de la primera eléctrica española.
En opinión del diputado popular, "no es aceptable que en un estado de derecho se realicen seguimientos a ciudadanos" y más aún cuando se trata de "ciudadanos sobre los que no pesa ningún tipo de sospecha delictiva ni investigación ni mandato judicial.
También ha recordado que "llueve sobre mojado" porque, en su opinión, "ya vimos cómo se detenía ilegalmente a dos militantes del PP". Para Ignacio Gil Lázaro, no basta con que "abran una información reservada para depurar responsabilidades". En su opinión, los responsables de a conducta de los agentes son "el Gobierno y el Ministerio del Interior"
Qué hacían los agentes y para quién
Por su parte, Manuel Pizarro ha reaccionado a la información declarando, en Zaragoza, que todo este asunto "es muy poco ejemplar". Exige "que se aclare qué hacían estos dos agentes" y para quién y exhorta al Gobierno a que actúe con "transparencia y eficacia".
Pizarro, que ha participado este miércoles en un curso de doctorado en la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Zaragoza, ha dicho a los medios de comunicación que, de hecho, a los dos agentes de la Benemérita "los detuvo la Policía". "Hicimos la denuncia ante la propia Guardia Civil y, a través de asuntos internos". Y sigue: "Lo que tienen que ver es qué hacían dos señores fuera de servicio actuando para sí o para terceros", manifestó Pizarro.
Considera que "por el propio bien de la Guardia Civil, lo tienen que analizar y lo tienen que decir", ya que "tienen que ser eficaces con ellos mismos, porque si no son capaces de controlar lo que hacen sus miembros fuera de servicio, pues cómo van a controlar la delincuencia fuera".