(Libertad Digital – Víctor Gago) Ni Granma ni Juventud Rebelde, los medios de referencia de la prensa única de la dictadura, incluyen en sus ediciones de este miércoles referencia alguna a la reunión sobre derechos humanos de Rafael Dezcállar, enviado de Miguel Ángel Moratinos, y representantes del ministro cubano de Exteriores, Felipe Pérez Roque.
Al otro lado del Atlántico, el diario oficialista El País pregona el encuentro como uno de los éxitos de la última visita del canciller español a Cuba [a principios de abril], que tantas críticas suscitó entre las víctimas de dentro y fuera de la tiranía.
Se trata de la primera "reunión técnica" –así ha sido calificada por ambas partes– de un fantasmagórico órgano de seguimiento sobre derechos humanos creado a partir de la visita de Miguel Ángel Moratinos a la Isla, a principios de abril.
El régimen castrista ya se ha apresurado a advertir que la situación de los presos políticos queda fuera de la agenda bilateral. Ni siquiera reconoce la existencia de tales presos.
Para Ricardo Carreras, presidente de Solidaridad Española con Cuba, la reunión "no tiene mucho sentido, si no se va a hablar de los presos de conciencia en Cuba. ¿De qué tratarán, entonces? ¿De los derechos humanos en Pakistán, Arabia Saudí, Rodhesia, China,...?", ironiza.
Carreras, en declaraciones a LIBERTAD DIGITAL, aboga por una política con Cuba orientada hacia el objetivo de "exigir a la Dictadura que dialogue con los cubanos, reconozca a la Oposición y facilite la transición a la Democracia".
"Si España y Cuba no van a hablar sobre la situación de los presos políticos en la Isla, esta comisión no sirve para nada, es una actuación para la galería", opina el presidente de Solidaridad Española con Cuba.
"¿Qué se puede esperar de una reunión sobre derechos humanos en la que la dictadura niega que existan presos políticos y, encima, los insulta llamándoles mercenarios?", se pregunta un escéptico Rigoberto Carceller, presidente de la plataforma Cuba Democracia ¡Ya!, en declaraciones a LD. "La verdad es que no esperamos mucho de este encuentro", reconoce Carceller.
"Son más de 50 años esperando por una transición pacífica a la democracia, y esta nueva fase de colaboración entre el Gobierno de Rodríguez Zapatero y la dictadura castrista no aliviará el sufrimiento de los presos y de sus familias", explica este exiliado, ex preso en las cárceles castristas.
Carceller reconoce, con todo, la habilidad negociadora y la especialización en la situación de los presos políticos cubanos del enviado español, el diplomático Rafael Dezcállar. "Yo mismo fui liberado gracias a una gestión suya, en 1993", recuerda Carceller.
"No cabe duda de que el señor Dezcállar conoce el sufrimiento de los presos y tuvo un papel muy activo, en su calidad de diplomático destinado en La Habana, durante las gestiones del Gobierno de Felipe González y de la Xunta de Manuel Fraga, en 1993, que condujeron a la liberación de 30 presos, entre ellos yo", señala el portavoz de una de las organizaciones de exiliados cubanos en España.
"El problema", continúa, "es que esta vez será un diálogo de sordos, porque la dictadura se niega a hablar de presos, a los que llama mercenarios, con todo el desprecio de siempre por los derechos humanos, y por otra parte, el Gobierno español se niega a profundizar en una auténtica exigencia a la dictadura para que respete la libertad de conciencia y la dignidad humana".
"Ni Pérez Roque quiere oir, ni Moratinos quiere molestar", resume Roberto Carceller la situación de partida del supuesto diálogo "técnico" sobre derechos humanos en la Isla.
Artículo de Fidel Castro en Granma
El desinterés del régimen por el encuentro bilateral se hace patente en la prensa única.
Granma, órgano oficial del Partido Comunista, abre su edición de este martes con un artículo de Fidel Castro, Las ideas no se matan, con nuevas diatribas contra Bush, esta vez a propósito de Irak.
El tirano, aún convaleciente de una misteriosa enfermedad, dedica a "Usted, señor W. Bush" unas palabras que dice que recibió de un "teniente negro, jefe de la patrulla del ejército de Batista" que detuvo a Castro y a otros asaltantes del Cuartel Moncada.
"Los soldados, llenos de odio y adrenalina", evoca Castro, "apuntaban hacia mí aún sin haberme identificado. Las ideas no se matan, continuó repitiendo, ya casi en voz baja, automáticamente, el teniente negro".
Juventud Rebelde, el otro órgano de referencia del castrismo, tampoco hace referencia este martes a la reunión bilateral sobre derechos humanos, que se celebrará durante dos jornadas.
En cambio, el mismo diario se hace eco de las elecciones municipales y autonómicas en España, recogiendo el dictamen de El País sobre el resultado: gana en votos el PP, sí, pero el PSOE obtiene más concejales y resulta "arriesgado proyectar esos resultados sobre la votación" de las Generales, se tranquiliza Juventud Rebelde, un medio cómodo –como lo está la dictadura– con la política de Rodríguez Zapatero con La Habana.