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Los peritos y los psiquiatras no se ponen de acuerdo sobre los trastornos de Suárez Trashorras

La semana ha arrancado con la prueba pericial sobre el estado mental de Suárez Trashorras. Han comparecido ante el tribunal dos peritos médico-forenses de la Audiencia Nacional propuestos por la Fiscalía y dos psiquiatras que trataron al ex minero propuestos por la defensa. Han coincidido en que el procesado es un enfermo mental aunque discrepan en su valoración sobre la capacidad cognitiva y en si el procesado tenía la voluntad anulada. Para los peritos, conocía las posibles consecuencias de la venta de explosivos. Para los psiquiatras, "no es capaz de planear ni siquiera las cosas que le afectan a él gravemente".

La semana ha arrancado con la prueba pericial sobre el estado mental de Suárez Trashorras. Han comparecido ante el tribunal dos peritos médico-forenses de la Audiencia Nacional propuestos por la Fiscalía y dos psiquiatras que trataron al ex minero propuestos por la defensa. Han coincidido en que el procesado es un enfermo mental aunque discrepan en su valoración sobre la capacidad cognitiva y en si el procesado tenía la voluntad anulada. Para los peritos, conocía las posibles consecuencias de la venta de explosivos. Para los psiquiatras, "no es capaz de planear ni siquiera las cosas que le afectan a él gravemente".
L D (Europa Press) Los dos médicos forenses reconocieron a preguntas del abogado defensor de Suárez Trashorras, Gerardo Turiel, que no son psiquiatras. Explicaron que cuando se produjo la detención del ex minero explicó que tenía antecedentes de dolencias mentales e indicó que tomaba una medicación concreta que se le facilitó a través de sus familiares.
 
El doctor Monge, forense de la Audiencia, especificó que el asturiano "ha trabajado en una mina" por lo cual "debe conocer las consecuencias materiales de una explosión". Esta opinión fue confirmada por los especialistas que trataron al ex minero desde 1997. No obstante los expertos discreparon en cuanto a su valoración de la capacidad cognitiva y volitiva del acusado en el momento en que se produjeron los hechos que se le imputan, en función de las dolencias mentales que sufre.
 
Los expertos médico-forenses especificaron que a pesar de estar diagnosticado de esquizofrenia paranoide y trastorno bipolar de la personalidad consideran que era conocedor de los actos que realizaba y tenía voluntad de ejecutarlos en el momento en que se produjo el análisis psiquiátrico, en septiembre de 2005. El doctor Monge indicó que durante el estudio, realizado únicamente a través de una entrevista sin practicar prueba alguna, no detectaron ningún síntoma de tipo psicótico y que el acusado contaba con "capacidad defensiva en relación a los hechos imputados". "Tiene la capacidad cognostitiva de entender los hechos que se le imputan", destacó Monge. "La voluntad no está afectada", agregó.
 
Un diagnóstico "sin ninguna" duda tras años de atención
 
Sin embargo, el doctor Bobes, psiquiatra que le atendió en la prisión de Madrid II en junio de 2005, indicó que no existe "ninguna duda", según su diagnóstico, de que Suárez Trashorras "es un enfermo mental grave". "No es capaz de planear ni siquiera las cosas que le afectan a él gravemente", dijo el especialista a preguntas de la fiscal Olga Sánchez sobre su capacidad de diseñar supuestamente el sistema de compra-venta de droga y el tráfico de explosivos.
 
Este especialista señaló diversos antecedentes que demostraban este hecho y puso de manifiesto la existencia de una sintomatología psicótica en el acusado provocada probablemente por el consumo de sustancias estupefacientes a lo largo de varios años. Indicó que diversas instituciones, desde la Consejería de Salud asturiana hasta el Servicio Militar, le han considerado incapaz en virtud de esta afección en distintas épocas de su vida. No obstante Bobes precisó que no es posible precisar si en los días en que se produjeron los hechos que se le imputan Suarez Trashorras sufría o no episodios psicóticos. "A mi juicio si en los hechos coincidían estos episodios su voluntad estaría afectada moderada o gravemente", indicó.
 
Por su parte, el psiquiatra que le atendió durante los seis años previos a los atentados, el doctor Morán, el primero en diagnosticarle un trastorno de la personalidad en 1997, indicó que se encargó de realizar una certificación que sirvió de base para la baja laboral del ex minero donde constaba la existencia de un trastorno bipolar y de personalidad.
 
"En mi observación pude concluir que tenía personalidad doble, esquizoide y antisocial, un síndrome esquizo-afectivo bipolar y trastornos psicóticos inducidos por el consumo de múltiples sustancias y drogas", precisó Morán. Dijo que en su opinión, en diciembre de 2003 la capacidad cognitiva y volitiva de Suárez Trashorras se encontraba anulada en muchas ocasiones".

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