Standard & Poor's ha publicado informe "Sovereign ratings in Europe", que mantiene la máxima calificación (AAA) para la situación financiera del Estado en España; un rating que mantiene desde diciembre de 2004. Por lo que se refiere a los puntos fuertes, que han llevado a la agencia a mantener esta calificación para la posición financiera de España, están el control del gasto, la caída en los tipos de interés y el crecimiento de los ingresos. El Gobierno central, destaca el informe, ha mantenido déficit moderados en años pasados y se espera que mantenga moderados superávit a medio plazo. "Es más", continúa, "se espera la razón entre la deuda pública y el PIB mantenga su tendencia a la baja, culminando una caída de alrededor de 20 puntos porcentuales entre 2000 y 2008, hacia caer por debajo del 40 por ciento del PIB".
Pero la agencia ha señalado varios riesgos, que se ciernen sobre la economía española. Si bien "se prevé que el crecimiento económico continúe fuerte a medio plazo", España "seguirá siendo el menos próspero" entre quienes mantienen la calificación AAA.
Pero incluso ese crecimiento está en riesgo, según apunta el informe. "La gran expansión crediticia, combinada con unos precios de la vivienda al alza, podrían poner en peligro las perspectivas de crecimiento de España si se produjera una corrección brusca en los precios del mercado inmobiliario, en los tipos de interés, o en el desempleo".
La OCDE alertaba este jueves precisamente por el riesgo de que una corrección inmobiliaria dañe nuestra economía. Y de hecho rebajaba su previsión de crecimiento para 2008 hasta el 2,7 por ciento. El mismo día, el presidente de la CECA, Juan Ramón Quintas, alertaba de que en breve estaremos en "un entorno en que crezcamos al 2 por ciento o incluso al 1 por ciento".
El déficit se ampliará por la baja competitividad
Pero no acaban ahí los riesgos percibidos por Standard & Poor's sobre la marcha de la economía española. Continúa considerando que "el impacto de este mayor endeudamiento del sector privado, junto con el efecto de los mayores precios del petróleo, es crecientemente visible en el déficit por cuenta corriente, en expansión". Recuerda que "ha pasado de estar ligeramente por encima del 2 por ciento en 2005 a alcanzar el 7,4 por ciento del PIB".
Este problema está a su vez emparentado con otro, que también menciona el informe, ya que prevé que el déficit por cuenta corriente "se incremente en los próximos años a medida que España lidia con una caída en la competitividad de sus exportaciones, debido al crecimiento en los costes laborales, por encima del de la productividad". Y sentencia: "La pertenencia de España al Sistema Monetario Europeo protege su economía de las crisis convencionales de balanza de pagos, pero estos desarrollos indican desequilibrios en aumento de la economía".
La convergencia también está en riesgo