(Libertad Digital) Explica el diario en su editorial que la información que firma Casimiro García-Abadillo aporta "nuevas claves para entender por qué tres años después de la masacre seguimos sin saber qué sustancia voló los trenes". Relata que en la mañana del 11-M se produjeron momentos "de fuerte tensión" entre los miembros de las dos unidades de los Tedax que acudieron a los lugares de la masacre. Por un lado se presentaron todos los efectivos de la Brigada Provincial de Madrid y por otro, los tedax de la Unidad Central comandados por su entonces jefe, Juan Jesús Sánchez Manzano. Pese a que la competencia era de los primeros, fueron los segundos los que se encargaron de la recogida de muestras. Y fue el empeño de Sánchez Manzano por imponerse lo que provocó esos "momentos de fuerte tensión".
Detalla El Mundo que el "primer encontronazo" entre los agentes de la Unidad de Madrid y los de la Central se produjo cuando se detectó una bomba sin estallar en la estación de Atocha. Al final fue un tedax a las órdenes de Sánchez Manzano el que trató de desactivar el artefacto. Al final, explotó de manera controlada y se recogieron muestras. Para entonces, los agentes ya tenían la orden de remitir a las dependencias de la Unidad Central todo lo que recogieran en los trenes.
Según han denunciado varios agentes, continúa el diario, fue evidente la falta de organización y los fallos en la dirección. Como ejemplo pone que en los escenarios de la calle Téllez y la estación de El Pozo se recogieron restos de los focos sin que hubiesen sido etiquetados: ni tenían consignada la fecha y la hora de la recogida ni figuraba el lugar en el que se habían recogido.
Pese a que la recogida de muestras no se interrumpió hasta el 18 de marzo, sólo 23 restos procedentes de los focos de las explosiones se pusieron a disposición de los ocho peritos que, tres años después, tuvieron que hacer un análisis pericial para saber qué estalló en los trenes. De esos, salvo el polvo de extintor, todos fueron lavados con agua y acetona. Ha sido la imposibilidad de buena parte de los peritos de llegar a conclusiones por la falta de restos lo que ha llevado a algunos agentes tedax a destapar cómo se produjo esa labor y lo que llegó después.
Fueron "cientos de restos" recogidos y se amontonaron en cajas en un almacén que se encuentra en un semisótano de la dependencia de los Tedax dedicada a Enseñanza, en el complejo policial de Canillas.