L D (EFE) El presidente estadounidense, George W. Bush, instó al Congreso a que trabaje con su administración para poder aprobar "rápidamente" una ley "responsable" para conceder fondos a los militares de EEUU en las guerras. Así se refería a la búsqueda de un compromiso en el enfrentamiento con los demócratas sobre los fondos para los conflictos bélicos en Irak y en Afganistán y una posible retirada. Los demócratas también aprovecharon para hacer otro llamamiento con el fin de conjugar la financiación de la misión con un cambio de rumbo de la misma.
Este nuevo llamamiento se produce después de que a comienzos de semana Bush decidiera vetar el proyecto de ley aprobado la semana anterior en el Congreso y que vinculaba la asignación de fondos para la guerra en Irak y Afganistán con el comienzo, para antes del 1 de octubre, de la retirada de las tropas del suelo iraquí, completándose seis meses después. El presidente calificó de "vital" la aprobación de la ley e instó a que se consiga "rápidamente" con la ayuda de los tres altos cargos de su equipo en la Casa Blanca que tienen encomendada esta misión: su consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley; su jefe de Gabinete, Josh Bolten, y su director de Presupuesto, Robert Portman.
Este nuevo llamamiento se produce después de que a comienzos de semana Bush decidiera vetar el proyecto de ley aprobado la semana anterior en el Congreso y que vinculaba la asignación de fondos para la guerra en Irak y Afganistán con el comienzo, para antes del 1 de octubre, de la retirada de las tropas del suelo iraquí, completándose seis meses después. El presidente calificó de "vital" la aprobación de la ley e instó a que se consiga "rápidamente" con la ayuda de los tres altos cargos de su equipo en la Casa Blanca que tienen encomendada esta misión: su consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley; su jefe de Gabinete, Josh Bolten, y su director de Presupuesto, Robert Portman.
Los extremistas "estarían envalentonados con su victoria"
"He vetado el proyecto de ley que me envió el Congreso porque establecía una calendario fijo para la retirada de las tropas (de Irak); imponía unas condiciones inviables para nuestros comandantes militares e incluían miles de millones de dólares de gastos no relacionados con las guerras", explicó el presidente estadounidense. Además Bush recuerda que aunque los republicanos y los demócratas no siempre se van a poner de acuerdo sobre la guerra, las consecuencias de un fracaso en Irak "son claras".
"Si tuviéramos que dejar Irak antes de que el Gobierno se pueda defender por sí mismo, habría un vacío de seguridad en el país" y los extremistas "de todas las facciones competirían por llenar ese vacío, lo que tendría como consecuencia que los asesinatos sectarios se multiplicarían a una escala horrorífica", opinó. Además opina que si los "radicales y los terroristas salen de esta lucha con el control de Irak, dominarían una nación con reservas de petróleo masivas, que usarían para financiar sus peligrosas ambiciones y diseminar su influencia".
"Estarían envalentonados por su victoria, protegidos por su nuevo santuario, deseosos de imponer su odiosa visión sobre los países vecinos e impacientes por hacer daño" a los estadounidenses, manifestó. Bush aseguró que ningún "líder responsable de Washington tiene interés en dejar que esto pase" y pidió que se le dé una oportunidad al nuevo plan para Irak, anunciado en enero, para que funcione.