(Libertad Digital) La testigo explicó a preguntas del abogado José María de Pablo que vio a los terroristas "en el andén" aunque no recuerda, tal y como declaró en su momento ante la Policía, que se rieran cuando vieron el lazo negro que llevaba prendido. La mujer los vio en Chamartín, desde donde se dirigía a la manifestación celebrada el día después de la masacre.
Según la testigo, no fue llamada "más veces" ni "ha sido citada por el instructor" pese a su testimonio. Primero vio al grupo de terroristas y después a la chica sola, que identificó como Josune Oña, caminando por los túneles del metro. Indicó que el día antes o el mismo día recibió un correo electrónico con un tríptico con terroristas de ETA, motivo por el que los reconoció. Recibió dicha información porque en esa época, explicó, trabajaba para un ministerio. Por ese motivo, dijo, ella sí los reconoció y no las personas por las que iba acompañada, porque no habían visto las fotografías.
Nayo alertó de una trama de explosivos para ETA
Antes había declarado Carlos Alberto tejada, abogado del confidente Nayo, huido de la Justicia. Explicó al tribunal que conoció a su cliente en la cárcel de Villabona a través de otros presos a los que representaba. Se entrevistó con él en varias ocasiones entre marzo y mayo de 2002. Fue entonces cuando le trasladó información sobre tráfico no sólo de explosivos sino también de armas para ETA. Le habló de 500 kilos de explosivos escondidos en una montaña de Asturias y que él había hecho de intermediario en uno de esos intercambios. También le contó que había participado en un traslado de explosivos desde Portugal y Galicia.
El letrado, según ratificó en el juicio, lo comunicó al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Según su relato, el fiscal "tomó nota". Posteriormente, el representante del Ministerio Público le contó que requirieron información al preso y que la Guardia Civil incluso a dirigirse con él a un monte asturiano. Sin embargo, el fiscal luego le explicó que "el monte era muy grande" y que "no iban a registrarlo todo".
Cuatro multas a "El Chino"
Un agente de la Guardia Civil de Tráfico declaró que detuvo un Toyota Corolla conducido por una persona a la que posteriomente de reconoció como Jamal Ahmidan, "El Chino", por exceso de velocidad en la Nacional 623 a la altura de la provincia de Burgos. El testigo no pudo precisar la fecha en que le notificó la denuncia y precisó que el conductor mostró un pasaporte de origen belga.
El guardia civil indicó además que ni actitud ni la documentación del sujeto le resultaron sospechosas y que por ello no registró el vehículo. Explicó también que como el infractor no acreditó ser residente en España tuvo que abonar la cantidad por las cuatro infracciones que finalmente se le impusieron, en efectivo, y en el momento, cosa que hizo sacando un fajo de billetes de la guantera del coche.
Tras este testigo testificó Manuel Lacasa, al que le fue sustraido un Citroen C3 azul el 29 de marzo de 2004. Lacasa indicó de dos personas "que hablaban en español con acento árabe" le asaltaron a punta de pistola con la cara tapada y le robaron el coche dejándole abandonado en una carretera. El vehículo apareció posteriomente, sin papeles y sin contenido alguno, en la localidad madrileña de Leganés.
El juicio se había reanudado este lunes con la declaración del asturiano Pablo Álvarez Moya, presente en la reunión entre Suárez Trashorras y "El Chino" en un McDonalds de Carabanchel. El testigo confirmó que la ex mujer de Trashorras, Carmen Toro, se sentó en una mesa separada a tres o cuatro metros de distancia de la que ocupaban su marido y los marroquíes con los que se reunió.