(Libertad Digital) El negocio de las herriko tabernas ha sido clave en la financiación de ETA, según concluyen todas las investigaciones del Estado. El Economista recuerda este sábado algunos datos que indican la importancia de ese entramado: rendimientos anuales de 12 millones de euros; en total, 130 millones de euros acumulados para ETA desde la creación de la trama de bares, en 1992.
El negocio no sólo procedía de la venta de bebidas, sino de la distribución de propaganda etarra y de extrema izquierda: banderas, trozos de tela con consignas, camisetas, mecheros, publicaciones a favor de la legalización de las drogas blandas,... Según datos de la Guardia Civil refrescados por El Economista este sábado, en el País Vasco hay más de 100 herriko tabernas.
El entramado que las organiza se ideó en 1992, bajo el nobre Udaletxe, y preveía el desvío de "parte de sus beneficios" para "destinarlos a la lucha armada".
ETA creó Banaka como empresa gestora de sus tabernas. Ésta recaudaba los beneficios y los colocaba, en parte, en paraísos fiscales y empresas de Venezuela, Uruguay, Cuba y México. Banaka también era "la empresa receptora el impuesto revolucionario que medianos y pequeños empresarios pagaban en los propios establecimientos".
La dirección centralizada de las herriko tabernas recae en la Mesa Nacional de Batasuna-ETA.
La Justicia sigue un proceso contra el entramado de las tabernas etarras. Esta misma semana, se ha conocido, según El Mundo y ABC, que el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón habría podido incurrir en una negligencia al no prorrogar la vigencia del embargo que pesa sobre las tabernas etarras. El juez niega haber cometido ningún error y, en todo caso, descarga la responsabilidad sobre el juez Fernando Grande-Marlaska, su sustituto en la AN cuando él estuvo de viaje de estudios en Nueva York.
El Consejo del Poder Judicial ha abierto un procedimiento de información previo a la toma de decisión sobre la posible apertura de un expediente disciplinario.