L D (Europa Press) El testigo Antonio Beamonte explicó ante el tribunal que que la mañana del 11 de marzo de 2004 vio a una integrante de la banda terrorista ETA en la línea 9 del metro de Madrid. Según su relato, cogió el metro a las nueve y media de la mañana en la estación de Pavones, de la línea 9 y a la altura de la estación de Artilleros se subieron en el vagón dos músicos ambulantes. Un señor mayor les recriminó que lo hicieran, ya que no era "apropiado hacerlo" ante lo que había sucedido sólo dos horas antes.
Otra persona del vagón, una mujer joven, respondió al comentario de forma desagradable y dijo: "¡Venga por favor, qué coño tendrá que ver con eso!". El testigo precisó que se fijó en ella porque la tuvo enfrente durante 10 ó 15 minutos. Al día siguiente, dijo, cuando llegó a su trabajo reconoció su cara en un tríptico con los terroristas más buscados. Se trataba de era la miembro de la banda terrorista ETA Josune Oña.
A preguntas del abogado José María de Pablo precisó que denunció estos hechos ante la Policía y realizó en comisaría un segundo reconocimiento fotográfico "sin ninguna duda". Pese a esto, dijo que nunca ha recibido llamadas ni de las Fuerzas de Seguridad ni de instancias judiciales en relación a su identificación. Ni para ratificarse ni para retractarse. Esto mismo lo denunció ante la Policía, donde realizó un segundo reconocimiento.
Poco antes declaró Raquel Fernández, taquillera de la estación de Renfe de Alcalá de Henares. Estaba trabajando la mañana del 11-M y destacó que, a una "hora temprana", una persona "con la boca tapada con una bufanda tipo braga y un gorro en la cabeza" compró un billete.
Explicó que recordó al sujeto "cuando pasó lo que pasó" y dijo que le llamó la atención porque a pesar de que mantuvieron una conversación y no se le entendía bien en ningún momento se bajó la bufanda. "Solo se le veían los ojos y algo de la nariz", dijo. La testigo añadió que la persona tenía un tono de piel "tirando más a moreno que a claro" y que hablaba castellano sin acento ninguno. Precisó que el comprador del billete estuvo "un tiempo" para comprarlo, "más de lo normal" y que daba la sensación de que hacía preguntas sobre algo que ya conocía. "Primero preguntó por un billete y luego se decidió por otro", explicó. Según su declaración inicial ante la policía esta persona pidió un billete para Torrejón de Ardoz y luego cambió por Coslada.