L D (Agencias) El primero en declarar fue uno de los dos agentes de la Guardia Civil de Buitrago que multaron a El Chino. Según su relato, observaron un vehículo marca BMW estacionado en un área para camiones y que un hombre estaba intentando empujarlo. Al acercarse a él le pidieron su documentación y el hombre, que estaba con "mucho nerviosismo", según los testigos, les mostró una "carta verde belga" a nombre de Youssef Ben Salah.
Uno de los agentes recordó que le preguntó si había pasado ese día por esa carretera, la N-I, "porque me sonaba su cara" de haberle parado por la mañana. "En estado muy chulo me dijo que no", declaró el testigo, que añadió que les espetó: "racistas, os vais a enterar". Procedieron entonces a registrar el vehículo y hallaron en el maletero del coche dos maletas en las que portaba "ropa aún con las etiquetas y chivatos" que parecía "sustraida del Corte Inglés", indicó.
También encontraron "cuchillos y navajas" y una "maza artesana", "de las que hacen daño", apuntó uno de los testigos. Los cuchillos eran de un tamaño superior al permitido. Portaba también, agregó, "una fajo de billetes de 50 euros del grosor de un dedo". Cuando le preguntó de dónde venía, les informó muy nervioso de que venía de Bilbao de ver a su hermana, pero que le desmontaron esa historia al preguntarle por la calle del domicilio de ese familiar. No supo qué contestar.
Multado por portar armas
Los agentes le multaron por portar armas, y al ser preguntados por los letrados si no pensaron en detenerle, ambos subrayaron que no les pareció que fuera motivo suficiente y, además dijeron que había que hacer las averiguaciones pertinentes y "a esas horas no procedía".
Uno de los agentes insistió que localizar "dos camisas con un chip" no es un motivo suficiente para proceder al arresto. Al día siguiente, una grúa de un taller de Buitrago de Lozoya llevó a "El Chino" y a su vehículo, que estaba estacionado en el área de camiones porque no arrancaba, hasta la dirección que éste había indicado a los agentes en la denuncia, que, según recordaron, estaba en la zona de Vallecas o Lavapiés.
Destacó que una vez se produjeron los atentados del 11 de marzo de 2004 identificaron a esta persona como Jamal Ahmidan, "El Chino", por lo que elaboraron una nota informativa para sus superiores.
Fuentes jurídicas han indicado a Europa Press que las partes han renunciado a la declaración del agente de la Guardia Civil que multó a "El Chino" cuando regresaba desde Avilés a Madrid en febrero de 2004, en paralelo a la "caravana de la muerte" de ETA.