LD (EFE) La Policía de Argel ha reforzado el control de vehículos en los puntos estratégicos de la ciudad además de dotar a sus agentes de granadas como parte de sus armas reglamentarias. Al comenzar el fin de semana islámico (jueves y viernes), las autoridades han movilizado a miles de soldados y policías ante el temor de que la organización "Al-Qaeda en el Magreb" lance atentados terroristas contra embajadas occidentales o importantes centros económicos.
En medio de la alerta, la Policía ha confirmado que gracias a uno de los múltiples avisos de bomba recibidos en las comisarías durante las horas posteriores a los atentados, un grupo de expertos artificieros logró desactivar un coche-bomba en cuyo interior se descubrió una cisterna para almacenar agua con quinientos kilos de explosivos en su interior. El automóvil, Mercedes, se encontraba aparcado delante de la residencia del director general de la seguridad, Alí Tunsi, en el barrio residencial de Hydra.
Así, el presidente Abdelaziz Buterflika reunió a los altos cargos de seguridad para reforzar el dispositivo de prevención en Argel. El periódico local L´Expresion comenta en su editorial que los cuerpos de seguridad del Estado se encuentran "en pie de guerra" para hacer frente a cualquier emergencia. El diario se pregunta también sobre el impacto que habrían tenido los atentados si en lugar de elegir como blanco el palacio del Gobierno hubieran sido el de la sede presidencial.
El número de víctimas de las explosiones simultáneas de varios coches-bomba este miércoles en la capital argelina se mantiene en veinticuatro muertos y 57 heridos, según el Ministerio del Interior, mientras Protección Civil, que cita recuentos hospitalarios, eleva a 222 el número de heridos.
Otros medios y los ciudadanos, por su parte, destacan el carácter "maléfico" de los días once: 11-S (Nueva York), 11-M (Madrid) y 11-A (Argel). Uno de los policías que protege los accesos al palacio gubernamental afirma. Todos los diarios de la capital dedican sus portadas a los atentados y coinciden en que parece haberse abierto un nuevo período de actos terroristas inspirados por Al-Qaeda, a la que se ha afiliado el "Grupo Salafista para la Predicación y el Combate" (GSPC).