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Desactivan en Argel un coche-bomba con quinientos kilos de explosivos

La capital de Argelia comienza el fin de semana islámico (jueves y viernes) bajo estado de máxima alerta por temor a que la organización terrorista "Al-Qaeda en el Magreb" estén preparando nuevos atentados. El periódico local L´Expresion afirma que los cuerpos de seguridad de Argel temen que los ataques tengan como objetivos embajadas de países occidentales o importantes centros económicos. Precisamente la Policía ha confirmado la desactivación de un coche-bomba con quinientos kilos de explosivos aparcado frente a la residencia del director general de la seguridad, Alí Tunsi. Tras los ataques, el presidente Abdelaziz Buteflika encabezó una reunión de emergencia con altos cargos para reforzar el dispositivo de prevención.

La capital de Argelia comienza el fin de semana islámico (jueves y viernes) bajo estado de máxima alerta por temor a que la organización terrorista "Al-Qaeda en el Magreb" estén preparando nuevos atentados. El periódico local L´Expresion afirma que los cuerpos de seguridad de Argel temen que los ataques tengan como objetivos embajadas de países occidentales o importantes centros económicos. Precisamente la Policía ha confirmado la desactivación de un coche-bomba con quinientos kilos de explosivos aparcado frente a la residencia del director general de la seguridad, Alí Tunsi. Tras los ataques, el presidente Abdelaziz Buteflika encabezó una reunión de emergencia con altos cargos para reforzar el dispositivo de prevención.
LD (EFE) La Policía de Argel ha reforzado el control de vehículos en los puntos estratégicos de la ciudad además de dotar a sus agentes de granadas como parte de sus armas reglamentarias. Al comenzar el fin de semana islámico (jueves y viernes), las autoridades han movilizado a miles de soldados y policías ante el temor de que la organización "Al-Qaeda en el Magreb" lance atentados terroristas contra embajadas occidentales o importantes centros económicos.
 
En medio de la alerta, la Policía ha confirmado que gracias a uno de los múltiples avisos de bomba recibidos en las comisarías durante las horas posteriores a los atentados, un grupo de expertos artificieros logró desactivar un coche-bomba en cuyo interior se descubrió una cisterna para almacenar agua con quinientos kilos de explosivos en su interior. El automóvil, Mercedes, se encontraba aparcado delante de la residencia del director general de la seguridad, Alí Tunsi, en el barrio residencial de Hydra.
 
Así, el presidente Abdelaziz Buterflika reunió a los altos cargos de seguridad para reforzar el dispositivo de prevención en Argel. El periódico local L´Expresion  comenta en su editorial que los cuerpos de seguridad del Estado se encuentran "en pie de guerra" para hacer frente a cualquier emergencia. El diario se pregunta también sobre el impacto que habrían tenido los atentados si en lugar de elegir como blanco el palacio del Gobierno hubieran sido el de la sede presidencial.
 
El número de víctimas de las explosiones simultáneas de varios coches-bomba este miércoles en la capital argelina se mantiene en veinticuatro muertos y 57 heridos, según el Ministerio del Interior, mientras Protección Civil, que cita recuentos hospitalarios, eleva a 222 el número de heridos.
 
Otros medios y los ciudadanos, por su parte, destacan el carácter "maléfico" de los días once: 11-S (Nueva York), 11-M (Madrid) y 11-A (Argel). Uno de los policías que protege los accesos al palacio gubernamental afirma. Todos los diarios de la capital dedican sus portadas a los atentados y coinciden en que parece haberse abierto un nuevo período de actos terroristas inspirados por Al-Qaeda, a la que se ha afiliado el "Grupo Salafista para la Predicación y el Combate" (GSPC).
 
También se comenta el comunicado que los salafistas argelinos dieron a conocer en internet, en el que aparecen las fotos y los nombres de los tres terroristas suicidas y en el que se afirma: "no vamos a estar en paz hasta que volvamos a poner el pie en nuestra querida Al-Andalus (Andalucía) y en el Qods (Jerusalén)." Los analistas destacan dos aspectos son significativos del cambio de proceder que se ha operado en las filas de la banda salafista: los terroristas no dudan ahora en sacrificar a los autores de los atentados, cuando antes no era así, y en utilizar preferentemente coches-bomba, cuando hasta hace poco se limitaban a colocar anónimamente paquetes con explosivos en comercios, bares y vehículos de transporte urbano.

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