L D (EFE) El ex jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés insistió en que su confidente, el acusado José Emilio Suárez Trashorras, era el que le controlaba a él y no al revés porque quería "saber en todo momento dónde estaba" para poder desarrollar sus negocios ilícitos.
En la vigésima jornada del juicio, "Manolón", cuya declaración comenzó este lunes por la tarde, manifestó que "a la vista de los acontecimientos" que han sucedido cree que "hay muchas posibilidades" de que el ex minero asturiano contactara con él frecuentemente para poder moverse "libremente". "Ahora tengo dudas razonables y pienso que todo ese ansia de verme, de estar junto a mí ... era para sus trapicheos", afirmó "Manolón", que, preguntado por la defensa de Trashorras sobre el abundante tráfico de llamadas que tenía con su cliente cada vez que éste hablaba con el suicida Jamal Ahmidan, "El Chino", dijo que era "para saber en todo momento donde estaba yo y así poder moverse".
Señaló que desde el último trimestre de 2003 hasta enero de 2004 Trashorras no le hizo "confesiones" sobre las actividades ilícitas "de unos moros", salvo la "famosa llamada" de principios de 2004, recordó "Manolón", en alusión a la supuesta llamada que el ex minero le hizo para comunicarle que unos "moritos" querían subir a Asturias para cambiar hachís por cocaína y empezar a traficar por el norte de España.
Además, el ex jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés señaló que la relación que tenía con Trashorras era de "colaborador ocasional" y destacó que habitualmente esperaban "a que él nos dijera algo" porque, según manifestó, "se hacía de rogar y de repente decía: mira, tengo esto".