(Libertad Digital) Mientras no haya rectificación de Jesús de Polanco ningún miembro del PP participará en los medios del Grupo Prisa: no habrá presencia popular ni en la Cadena Ser, ni en la Cuatro, ni en El País... ni en nigún otro de los numerosos medios que controla el grupo, algunos de ellos entregados por el Gobierno de Aznar.
Es la reacción, con un día de retraso, del PP a una Junta de Accionistas de Prisa que se convirtió en el escenario elegido por Polanco para lanzar unas graves acusaciones contra el único partido de la oposición. Le tachó de "guerracivilista", calificó la multitudinaria manifestación del 10-M de "franquismo puro y duro" y justificó la política informativa anti-PP porque "no se puede ser neutral cuando a una de las partes le vale todo, absolutamente todo". Entre el auditorio se encontraba su consejero delegado. Juan Luis Cebrián, que fue jefe de Informativos de RTVE cuando Arias Navarro era presidente del Gobierno y Franco mantenía el poder, tuvo que oír esas referencias al franquismo. Provenían de quien puso los pilares de su negocio gracias a los favores de la dictadura.
Agresión injustificada contra millones de españoles
Este viernes, el secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, ha anunciado que si no hay una rectificación pública e inequívoca de estos ataques su partido "dejará de atender todas las convocatorias de entrevistas, tertulias y programas del Grupo Prisa y demás empresas controladas por Polanco".
Elorriaga se ha encargado de leer un comunicado tras la clausura de la XII Interparlamentaria del partido en Valladolid. El texto califica de "intolerables" las palabras de Polanco al considerar que "imputa comportamientos, actuaciones e intenciones abiertamente antidemocráticos". Unas acusaciones que "van mucho más allá del legítimo posicionamiento editorial y de la crítica ideológica" y "desvanecen cualquier pretensión de imparcialidad del Grupo Prisa y comprometen la capacidad de cualquiera de los medios que lo integran de informar de manera veraz y objetiva".
El presidente de Prisa no sólo achacó al PP "franquismo puro y duro". También le atribuyó unos deseos de revancha "que dan mucho miedo". Elorriaga ha apuntado que estas declaraciones son también una "agresión injustificada contra millones de españoles que se ven reflejados en los valores de libertad y democracia que representa y defiende el Partido Popular".
Ante el anuncio del PP, PRISA ha reaccionado endureciendo su campaña de insultos y descalificaciones. En al menos cinco comunicados publicados en las páginas web de El País y la SER, los comités de empresa, comités de redacción y coordinadora de comités no ahorran duras críticas y una férrea defensa de su jefe. En ellos se acusa a la oposición de hacer un "desmedido, calumnioso e injustificado ataque" contra PRISA; de poner "en riesgo la estabilidad laboral de 1.300 trabajadores; de realizar un "chantaje inaceptable a los accionistas, anunciantes y clientes de PRISA; de tener "afán por aumentar el nivel de crispación en la sociedad"; de tomar una decisión que no tiene "precedentes en países democráticos" pese a que el primero que lo hizo fue el socialista José Blanco cuando hace dos meses dio orden de no ir a Telemadrid; de "apropiarse de los valores de libertad y democracia que pertenecen a todos los españoles gracias al esfuerzo de muchos, entre ellos y de modo singular" a El País; acusan a Aznar de haber utilizado "sistemáticamente el BOE y la justicia para intentar perjudicar a PRISA; y aconseja al PP "distanciarse de una extrema derecha que trata de enturbiar la convivencia democrática en España".
Por supuesto los trabajadores muestran su respaldo a su jefe, dicen que los insultos al PP forman parte de su libertad de expresión –la misma que le niegan al PP- y dicen compartir "las palabras de Jesús de Polanco".