(Libertad Digital) En su segundo viaje oficial a Argelia, el Rey Juan Carlos I hizo una referencia sobre el conflicto saharaui, intentando enmendar el error cometido por el presidente del Gobierno socialista el pasado día 6 de marzo, al arrimarse a la postura alauita en el contencioso que mantiene con la ex colonia española.
Durante una comida ofrecida por el presidente Abdelaziz Buteflika, el monarca instó a tomar una solución política "justa, duradera y mutuamente aceptable" para el Sahara Occidental que pase por la "libre determinación”. Y añadió "como ha puesto recientemente de relieve mi gobierno". Lo dijo como si tratarse de rescribir las declaraciones de Zapatero en Marruecos en las que, por primera vez en la diplomacia española, se abandonó el principio de “neutralidad activa” para apoyar a Rey Mohamed VI. El presidente socialista dijo que el programa de autonomía para la ex colonia española “era una buena oportunidad”. Hacía, de este modo, oídos sordos al rechazo conocido del Frente Polisario a un plan que le niega su derecho a un referéndum en el que se incluya la autodeterminación.
Sea como fuere, lo cierto es que tras este movimiento del Gobierno español, Argelia, el lunes, en la víspera de la llegada de los Reyes, anunció una subida del gas un veinte por ciento. Con todo, el monarca brindó por el fortalecimiento de las relaciones entre España y Argelia, ya de por sí "estrechas y privilegiadas" y dejó claro que son una prioridad de primer orden para España, según informa EFE.
Don Juan Carlos aprovechó para invitar a las empresas españolas a que se involucren "plenamente" en este país magrebí. El almuerzo que tuvo lugar en el Palacio del Pueblo se celebró después de un encuentro entre ambos jefes de Estado, en el que pasaron revista a la agenda bilateral y a cuestiones de índole internacional.
La alianza del Gobierno socialista con el Reino alauíta resulta doblemente molesta para Argelia. Primero porque significa el alineamiento de un actor que se creía neutral (España) con su enemigo tradicional y acérrimo; y segundo, porque la aprobación del plan de autonomía va en contra de su apuesta estratégica por un Sahara independiente.