L D (Europa Press) En el artículo, Cañizares señala que "el ayuno 'controlado', durante más de cien días, de ese etarra, no arrepentido, constituye un acto más de violencia, de terrorismo: 'refinado e inteligente', pero terrorismo".
El cardenal arzobispo de Toledo, tras recordar que esta huelga no es una "acción con armas" ni "contra personas ajenas", consideró que, por contra, sí está orientada a lograr "los mismos fines" de ETA y dentro de "su estrategia". "La violencia criminal de este 'ayuno' con que ha amenazado a toda la sociedad y al Estado, y los ha puesto de hecho en jaque, los ha intimidado y conmocionado realmente –¿doblegado?, se preguntó–, tiene la intencionalidad ideológicamente totalitaria, propia del terrorismo, dentro de la gran estrategia de esta organización terrorista".
Con este "atentado" de "intento" de "suicidio lento", el terrorista ha logrado poner "en tensión a toda la sociedad", además de conseguir una amplia "repercusión política", gracias además a la publicidad de los medios de comunicación, y de hacer que muchos, "engañados y cegados", se hayan puesto de su parte "por razones humanitarias". Argumentó que "estamos ante una realización deliberada de una acción de violencia prolongada contra la propia vida, integrada dentro de un plan terrorista, para paralizar a personas e instituciones, y generar un estado de ánimo en el que no se actúa con libertad".
Y frente a esta situación, alegó, al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se le puesto ante el "brete" de actuar con "humanidad". "Si no se puede llamar a esto 'miedo', al menos, hay que reconocer que se está actuando forzados, sin suficiente libertad: se ven confrontados ante un 'bien supremo' como es el de la vida", explicó. Precisamente esto es lo que hace de la huelga "un exponente claro de terrorismo" porque "se reconozca o no" ha provocado "un efecto paralizador de la libertad y ha conmocionado y dividido a la sociedad". "Este hecho, pues, entra dentro de la calificación de terrorismo como forma específica de violencia sistemática (...). La valoración moral de lo que ha hecho De Juana es absolutamente reprobable y, como acto terrorista, perverso en todos sus elementos", subrayó. Acto seguido, recordó al Gobierno que un Estado tiene la obligación, "moralmente al menos", de defender a la sociedad de "cualquier acto terrorista, también de este" y poner todos los medios a su alcance para librar de esta "violencia sistemática".
En cuanto a las razones humanitarias que alega el Gobierno para argumentar la concesión de prisión atenuada para De Juana, Cañizares exigió al Ejecutivo que, si está tanto por la vida como dice, derogue las "leyes inicuas que permiten que noventa mil seres humanos indefensos, débiles e inocentes, el año pasado hayan sido asesinados antes de nacer".