L D (EFE) Los problemas vividos este martes en los mercados chinos, que registraron la mayor caída de los diez últimos años, algo más del 9 por ciento, por las medidas que prevén aplicar sus autoridades para frenar la especulación bursátil determinaron la apertura a la baja de la bolsa española.
La posibilidad de que la recesión llegue a la economía estadounidense al final de este año, según anunció el lunes el ex presidente de la Reserva Federal –banco central estadounidense– Alan Greenspan, despertó al mercado por debajo del nivel de 14.800 puntos, que rápidamente descendió de la cota de 14.700 enteros siguiendo la estela de las plazas europeas. Mientras, el euro se negociaba a más de 1,32 dólares y la cotización del petróleo "Brent" se situaba en torno a 61,5 dólares por barril.
El crecimiento del 0,7 por ciento de los precios de los productos importados en Alemania o el mantenimiento en el 9,8 por ciento del dinero en circulación en la zona euro el mes pasado no afectaron a la evolución del mercado. Con el descenso del 7,8 por ciento de los pedidos de bienes duraderos estadounidenses en enero, un dato más de la debilidad de su economía, la bolsa perdió el nivel del 14.600 puntos.
La apertura a la baja de Wall Street, que ya anticipaba el mercado de futuros, determinó que el mercado español perdiera de vista la cota de 14.500 puntos. La caída superior al 1 por ciento del mercado neoyorquino no pudo ser frenada por el aumento en febrero de la confianza de los consumidores estadounidenses, que creció de 110,2 a 112,5 puntos, ni por el alza del 3 por ciento de las ventas de viviendas.
Resistencia de los 14.400
Al final de la jornada, con el repunte del petróleo por encima de 62 dólares, la bolsa tanteó la resistencia de 14.400 puntos, donde se detuvo la caída. Todos los grandes valores acabaron con pérdidas. La menor caída correspondió a Endesa, el 0,88 por ciento, por los rumores de que alguna empresa podría entrar en su capital, en tanto que Iberdrola registró la mayor caída, el 3,54 por ciento. BSCH cayó el 2,95 por ciento, mientras que BBVA cedió el 2,79 por ciento; Repsol, cuyo resultado se mantuvo el año pasado, bajó el 2,58 por ciento y Telefónica, el 2,34 por ciento.
De las empresas del Ibex sólo subió Fadesa, el 0,58 por ciento, mientras que Endesa registró la menor caída, seguida de Gas Natural, que perdió el 1,44 por ciento y de Telecinco, con un retroceso del 1,55 por ciento.
Las pérdidas estuvieron presididas por las compañías constructoras: Sacyr perdió el 7,24 por ciento; Acciona, el 6,22 por ciento y Ferrovial, el 6,1 por ciento, pese a vender su participación en el aeropuerto de Sydney y ser objeto de un informe favorable.
Acerinox, FCC y Gamesa perdieron entre el 5 y el 6 por ciento, mientras que nueve valores (Indra; Iberia; Sogecable; Bankinter; ACS; Enagás, Mapfre; Unión Fenosa y Metrovacesa) bajaron entre el 4 y el 5 por ciento. Seis compañías (Inditex; Cintra; Abertis; Iberdrola; Red Eléctrica; NH Hoteles y Banco Sabadell) descendieron entre el 3 y el 4 por ciento.
En el mercado continuo sólo subieron ocho empresas. Destacó la subida del 4,91 por ciento de CVNE, animada por el crecimiento del 16 por ciento de su beneficio, en tanto que el principal descenso correspondió a otra constructora OHL, el 10,29 por ciento, seguida de Jazztel, que corrigió la subida de ayer con una bajada del 8,64 por ciento.
La deuda española se benefició de la retirada de capital de la bolsa y su rentabilidad bajó tres centésimas y se situó en el 3,97, con lo que volvía a niveles de mediados de enero. La caída de la bolsa estuvo respaldada por un aumento notable del efectivo negociado en el mercado continuo, que 7.458 millones, de los que poco más de 700 procedieron de operaciones efectuadas por inversores institucionales.
Todos los sectores del mercado madrileño bajaron. Materiales básicos, el 5,34 por ciento; servicios de consumo, el 3,56 por ciento; bienes de consumo, el 3,33 por ciento; servicios financieros, el 2,97 por ciento; tecnología, el 2,59 por ciento y petróleo, el 2,43 por ciento.