(Libertad Digital) "No hemos venido al Parlamento a hacer gracietas, sino a hablar de un tema tan importante como el terrorismo", le espetó Acebes a Bermejo tras su irónico saludo.
En su primera intervención en el Congreso de los Diputados, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, afirmó este miércoles que no existen pruebas sobre la vinculación entre el PCTV y el brazo político de ETA. Según dijo, "lo que funciona ante la prensa no funciona ante los tribunales, para ilegalizar a un partido hacen falta pruebas". Las palabras de Bermejo llegaron después de que Acebes le recordase la existencia de un informe de la Guardia Civil que afirma que el PCTV ha sido absorbido por Batasuna-ETA.
A pesar de estas palabras de desvinculación entre el PCTV y el entorno de ETA, dijo que durante su gestión al frente de su cartera ministerial va a "adoptar las medidas para ilegalizar a cualquier partido que tenga relación con Batasuna", e invitó a Acebes "a que se venga al ministerio, y mientras colgamos su cuadro, le voy a explicar como se abre un proceso de ilegalización".
Acebes consideró que si el Gobierno no abre inmediatamente el proceso de ilegalización del PCTV "no es la falta de indicios, sino la falta de voluntad" y advirtió que si no lleva a cabo esa ilegalización "pensaremos que a usted le ha nombrado Zapatero para reabrir la puerta a los ayuntamientos a Batasuna".
La segunda pregunta a Bermejo la formuló el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, que le preguntó si creía que "arremeter contra el Consejo General del Poder Judicial negándole legitimidad al órgano de gobierno de los jueces en su toma de posesión como Ministro, contribuye a fortalecer la confianza de los ciudadanos en la Justicia".
El ministro de Justicia respondió a Zaplana que "nunca me oirá decir que una institución del Estado carece de legitimidad pero sí me oirá decir muchas veces que la actual composición del CGPJ carece de legitimidad". Bermejo argumentó que "ha vencido el plazo de cinco años que establece la Constitución para su renovación" y porque la "cámara actual no tiene esa composición" por lo que pidió un "esfuerzo" por "la renovación".
En la réplica, Zaplana le recordó las valoraciones del PP están basadas en la biografía y los conflictos del ministro. Así recordó que dijo que era un "disparate" considerar terrorismo, el terrorismo callejero; que los juicios rápidos eran "una farsa"; que los juicios del GAL " un proceso de hipocresía colectiva"; o que había luchado "contra los padres" y no tenía miedo "en luchar con sus hijos". "Esta deber ser su táctica de negociación, para llegar a acuerdos", le espetó Zaplana. El portavoz del PP le recordó que "por ley es absolutamente legítima" la composición del CGPJ y que "en otras ocasiones ha tardado mucho más" en su renovación.
En la contrarréplica el ministro reiteró que "cuando digo que no tiene legitimidad" no quiere decir que no sea "legal". A continuación, Bermejo hizo gala de su carácter provocador al decirle a Zaplana: "comprendo que en ordenación del territorio, en los ladrillos me pueda dar lecciones, en el ámbito del Derecho no se las acepto", lo que causó un enorme barullo en la cámara.
La intervención de Dolors Nadal comenzó con un "grave reproche a su respuesta al señor Zaplana" que, en opinión de la diputada popular "ha venido como hooligan no como ministro de Justicia". "Hasta la llegada de Zapatero con su talante no se había producido que un ministro tuviera como credencial reabrir enfrentamientos del pasado", dijo la diputada del PP. Recordó una frase de Alberti al llegar a España tras su exilio. "Me fui con el puño cerrado y he vuelto con la mano abierta. Usted sigue en el puño cerrado, repartir mandobles", dijo Nadal en referencia a la famosa frase del ex fiscal "ya luchamos contra los papás en la Guerra Civil y ahora nos toca luchar contra los hijos". "Tiene que explicar qué consecuencias van a tener esas palabras en el desempeño de su cargo", pidió la diputada del PP.
El ministro de Justicia dijo que esa frase es "interesadamente inexacta" porque no se refería a la Guerra Civil sino a la dictadura. "Mi lucha es la defensa de los derechos fundamentales, la igualdad, y la justicia en defensa de todos. Hijos padres o abuelos".
Nadal le recordó que la libertad es también "para el que no piensa como uno mismo". "Si quiere pelea por el pasado no nos va a encontrar. Peléese con sus fantasmas familiares allá usted, no vamos a consentir que desde el ministerio se desande el camino y se ponga a la justicia al servicio del Gobierno. He tardado en entender el talante de Zapatero. Ahora se que el talante de Zapatero es el señor Bermejo".
La ironía y el sarcasmo en las respuestas del ministro fue también la tónica de ésta. "Es un honor para mi ser el talante de Zapatero", dijo entre las risas de sus compañeros socialistas. Volvió repetir que el PP se refería a cosas inexactas y dijo que él quería poner su granito para que la libertad llegara a este país y lo "pasé mal porque fuimos perseguidos". "Lo que nunca espere es que un grupo democrático abusara de su poder y me persiguiera como funcionario", dijo en referencia a sus enfrentamientos con el PP cuando gobernaba.
Seguidamente preguntó Alicia Sánchez Camacho por la actitud del ministro frente al terrorismo callejero, ya que siendo fiscal había manifestado que estos delitos no fueran juzgados como actos terroristas. Tras responder escuetamente Bermejo que hará propuestas beneficiosas para la sociedad al igual que hacía cuando era fiscal, Sánchez Camacho le reprochó que sea el "ministro de la provocación, el insulto, la arrogancia, la vanidad y la soberbia". "Espero que aplique la ley con otros principios".
La diputada popular continúo después reprochando al ministro que juzgara de "disparate" la iniciativa del PP para que el terrorismo callejero fuera juzgado en la Audiencia Nacional y recordó que "gracias a ese disparate descendió el terrorismo callejero". "Usted fue un mal fiscal, un fiscal incompetente y un sectario fiscal y lo dicen los fiscales no el PP. Ha venido a acabar con el consenso de mano de un presidente irresponsable que ha permitido que alguien como usted sea ministro de Justicia", finalizó Sánchez Camacho.
"Gracias por sus amables palabras que son un ejemplo de la moderación y la educación", contestó Bermejo. "Me siento halagado de oírla y confío que en el futuro mantenga ese tono tan pausado que induce a mantener la calma". En cuanto a su actitud frente al terrorismo callejero, dijo que la violencia callejera de menores no está en el código penal. "No se puede matar moscas a cañonazos, los cañones para el terrorismo".
La quinta pregunta al nuevo ministro llegó de la mano del popular Jorge Fernández Díaz, quien insistió en unas declaraciones pasadas en las que Bermejo había afirmado que juzgar el caso Gal "es la historia de una hipocresía colectiva". El responsable de la cartera de Justicia se justificó afirmando que "jamás me referí con esa frase a juzgar el caso Gal, sino a las reacciones que evidenciaban en la sociedad la fractura ética que esos hechos generaron".
Como ya había hecho en anteriores preguntas, se defendió continuamente de la ola de declaraciones propias que el PP le echaba en cara acusando a los populares de manipular los contextos en los que había dicho cada una de esas frases.
El ex ministro de Justicia, José María Michavila, por su parte, le dio la "bienvenida al Parlamento" a Fernández Bermejo y dijo que le gustaría que "venga mucho más" porque a medida que transcurrió la sesión le vio "mucho más relajado". Para Michavila la intervención del ministro fue "bochornosa e impropia de un ministro de Justicia que es el notario mayor del Reino, no puede un ministro de Justicia ir al Parlamento "con los guantes de boxeo contra la oposición". En todo caso, Michavila confesó que se alegraba de ver a Bermejo en el Parlamento, como político, y no como fiscal "sectario y radical", que fue durante años. Miachavila le preguntó al ministro si pensaba "ir en contra de su partido y de diputados de su propio partido que no le han aplaudido su bochornosa intervención", y no aplicar la Ley de Partidos Políticos.
Bermejo agradeció la bienvenida de Michavila y, a su vez, le devolvió el cumplido al "diputado ausente, que rara vez aparece". El ministro le dijo al diputado del PP que por "costumbre y cortesía parlamentaria, ya he pedido mi comparecencia para explicar mis líneas de actuación yo le invito que si tiene algún rato se pase por allí y se lo explicaré".
Para Michavila el ministro aplica la "curiosa técnica de venir al Parlamento a no contestar". Le recordó que como ministro de Justicia su "primera obligación es luchar contra ETA y los que apoyan a los terroristas", y añadió que Bermejo se opuso a las leyes contra el terrorismo del gobierno anterior, por lo que hizo hincapié en tiene la "obligación de impedir que los terroristas no se sienten en las instituciones, tiene la obligación de hacer cumplir la ley, quítese los guantes de boxeo contra la democracia, contra el parlamento contra el PP y sea un ministro de Justicia ponderado".
El ministro agradeció a Michavila que "tienda una mano" que "yo recojo". Dijo que le había gustado más la segunda intervención de Michavila que la primera, porque "ya sabía" que podía caer "en la tentación de entrar en un ajuste de cuentas". Bermejo señaló que él no tiene que hacer ningún "ajuste de cuentas" con el PP, y que tiene "buenos amigos en el Partido Popular, permítanme que no les diga quiénes, que todavía no me atrevo".
Por último, aseguró tener "coherencia necesaria para hacer lo que tenga que hacer en defensa de las libertades y del estado de Derecho, en materia antiterrorista también". "Lo que no voy a hacer es caer en el marasmo legislativo, no voy a hacer 17 reformas del Código Penal como hicieron ustedes", concluyó Bermejo.
La séptima y última pregunta provino de Alberto Garre López, quien comenzó diciendo que tras "los antecedentes y respuestas" del ministro "a nadie le queda duda de que el anterior ministro ha dejado el ministerio para ir a Canarias pero el Carnaval lo monta usted". Ofreció al ministro la oportunidad de rectificar y le pidió que "no confunda su escaño con un diván ni a Marín con un psiquiatra". "Modérese, témplese", le aconsejó.
"No sabe como agradezco sus consejos y la moderación con que me los da. Vengo dispuesto a aprender", ironizó Fernández Bermejo.
La moderación duró poco. Alberto Garre respondió que "le han calificado de ministro estrella, pero es un clon político del presidente Zapatero".