LD (EFE) Nasrulah Shanbe Zehi, miembro del grupo de terroristas que el pasado miércoles hizo explotar un coche-bomba junto a un autobús que transportaba miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán, ha sido ahorcado después de ser condenado por el Tribunal Revolucionario. El atentado se registró en Zahedán, capital de la provincia de Sistá-Beluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán. Las autoridades iraníes vinculan la organización "Yundolá" a los servicios de inteligencia de EEUU y Reino Unido, y aseguran que los atacantes utilizan la frontera con Pakistán para entrar en Irán y cometer acciones de sabotaje. El Ministerio de Exteriores iraní convocó al embajador paquistaní en Teherán para pedir "explicaciones", según IRNA .
La sentencia fue aplicada a las diez de la mañana de este lunes, hora local, en el mismo lugar donde tuvo lugar el atentado, en presencia de decenas de habitantes de Zahedán que corearon eslóganes contra EEUU, Israel y los wahabíes, una rama del Islam suní dominante en Arabia Saudí, según la mencionada fuente.
Los medios de comunicación locales o las autoridades iraníes no han precisado cuándo comenzó el juicio contra Zehi, ni cuándo fue sentenciado a muerte. La agencia de noticias IRNA confirmó la ejecución, y señaló, sin tampoco precisar detalles del juicio, que el tribunal encontró a Zehi culpable del atentado del miércoles y de haber participado en el asesinato de dos civiles en Zahedán y en el atraco de un banco.
El ejecutado era supuestamente miembro del grupo terrorista suní "Yondulá" (Ejército de Alá), que se atribuyó el ataque del miércoles contra un autobús, en el que viajaban efectivos de los Guardianes de la Revolución, un cuerpo militar fiel al régimen chií de Teherán. Más de sesenta personas han sido detenidas tras ese ataque que fue seguido, dos días más tarde, por la explosión de una bomba en una zona residencial de Zahedán, que no causó víctimas.