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Jamal Zougam dice que le implicaron en el 11-M porque se negó a trabajar para el CNI

A punto de cumplir tres años de prisión preventiva, el marroquí Jamal Zougam se enfrenta a partir de este jueves a una petición de 30.000 años de cárcel por el 11-M. El juez instructor considera que es el único autor material de la masacre que se sentará en el banquillo. Los otros, o están muertos como los siete supuestos suicidas de Leganés, o están huidos. A tres días de que comience la vista oral, El Mundo publica sus primeras declaraciones a un medio de comunicación. Desvela que cuando fue detenido el 13 de marzo de 2004 uno de los policías que le interrogó le dijo: "Si hubieras colaborado con nosotros no te habría pasado esto". Él entendió que "era una venganza" y sostiene que le implicaron en la masacre sólo porque se negó por dos veces a trabajar para el CNI.

A punto de cumplir tres años de prisión preventiva, el marroquí Jamal Zougam se enfrenta a partir de este jueves a una petición de 30.000 años de cárcel por el 11-M. El juez instructor considera que es el único autor material de la masacre que se sentará en el banquillo. Los otros, o están muertos como los siete supuestos suicidas de Leganés, o están huidos. A tres días de que comience la vista oral, El Mundo publica sus primeras declaraciones a un medio de comunicación. Desvela que cuando fue detenido el 13 de marzo de 2004 uno de los policías que le interrogó le dijo: "Si hubieras colaborado con nosotros no te habría pasado esto". Él entendió que "era una venganza" y sostiene que le implicaron en la masacre sólo porque se negó por dos veces a trabajar para el CNI.
(Libertad Digital) El diario detalla que los contactos entre Jamal Zougam y el Centro Nacional de Inteligencia comenzaron en el año 2001. "Me dijeron que tenía que ir a la mezquita a ver si hay alguien que viene de un país donde existe la yihad y a cambio me daban lo que quisiera: un piso, pasaporte español, chicas guapas... Y, además, si quiero traficar con droga o traer familiares de mi país. Lo que haga falta".
 
El marroquí se negó. Así se lo dijo a varios agentes que "vinieron a la tienda, me enseñaron una placa y me obligaron a ir con ellos en un coche y dimos unas vueltas hablando de esto". A uno de esos agentes le volvió a ver tres años después en la Comisaría de Canillas, allí fue trasladado cuando fue arrestado el 13 de marzo de 2004: "Ese mismo señor en la comisaría de Canillas me dijo: Si hubieras colaborado con nosotros no te habría pasado esto".
 
Sobre los cuatro testigos que según el sumario reconocieron a Jamal Zougam en los trenes del 11-M, la defensa del marroquí sostiene en su escrito que uno de esos testigos, el S-20-04-A-27, aseguró que el procesado colocó una bolsa en el piso bajo de un vagón que minutos después estalló en la estación de El Pozo. Sin embargo, recuerda que los Tedax han certificado que la explosión de ese mismo vagón se registró en el piso superior. Otros dos testigos, recuerda el letrado, identificaron a Zougam cuando su fotografía ya había sido difundida en los medios de comunicación.
 
En las declaraciones a El Mundo, explica Antonio Rubio, el procesado se muestra, con tono arrogante, convencido de que los testigos no podrán mantener sus afirmaciones: "Los testigos fueron buscados y pagados, pero creo que para la próxima vez deberán buscarlos con mejor memoria o a lo mejor tiene razón el refrán de que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo".
 
La información termina recordando que Zougam "no puede, ni ha negado que tenía relaciones o conocimientos con Abú Dahdah, con el imputado Mouhannad Almallah y con el huido Mohamed Hadad". También recupera la denuncia de los confidentes Suárez Trashorras, principal imputado, y Abdelkader El Farssaoui, "Cartagena". Según ambos, la policía les pidió que implicaran a Zougam en la masacre.

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