(Libertad Digital) La bolsa que supuestamente contenía la principal prueba contra Saed el Harrak la entregó a la Policía el dueño de la empresa de encofrados en la que trabajaba el procesado por el 11-M. Lo hizo después de que transcendiera que había sido detenido, en mayo de 2004, por su implicación en la masacre. El primero en revisar esa bolsa fue el jefe de El Harrak. Después hicieron lo mismo los agentes que la recibieron y también los expertos de la Policía Científica.
Detalla Fernando Múgica en El Mundo que "encontraron un CD, 26 cintas magnetofónicas y bastante ropa". Pero no había carta alguna. Así consta en el escrito con la relación de objetos que tuvo que firmar el empresario, en el listado confeccionado por la Policía Científica de Leganés y en el oficio con una nueva relación que envió el comisario de Leganés junto con los objetos encontrados a la Comisaría Central de la Policía Científica, en Canillas.
Es dos semanas después, cuando la bolsa ya está en las dependencias policiales de Canillas, sede de la Comisaría General de Información, cuando en la bolsa de ropa se encuentra un sobre con una carta manuscrita en árabe. Más tarde fue atribuida a Abdenabi Kounjaa, uno de los siete supuestos suicidas de Leganés.
Recuerda la información del diario que dirige Pedro J. Ramírez que es en Canillas "donde se certificó el hallazgo en el interior de la furgoneta Kangoo, encontrada el 11-M en Alcalá, de numerosas ropas, cintas, detonadores y restos de explosivo, a pesar de que los primeros policías que llegaron hasta este vehículo contaron a El Mundo que la furgoneta estaba prácticamente vacía".
También explica que la situación de El Harrak "es bastante peculiar". Pese a ser uno de los principales procesados en el juicio del 11-M, y "a pesar de las graves acusaciones que pesan contra él", está en libertad. Un error del juez Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez, que no pidieron su prisión preventiva, provocó que la juez Teresa Palacios le dejara libre en mayo de 2006; ya había cumplido los dos años en prisión preventiva.
Tiene retirado el pasaporte, no puede salir de la Comunidad de Madrid y dos veces al día debe presentarse en comisaría. Un amplio dispositivo policial controla sus pasos.