LD (EFE) Las nuevas normas harán que la Unión Europea fabrique los coches "más limpios, seguros y modernos" del mundo, ha añadido Verheugen, para quien Europa "va a liderar" el sector durante mucho tiempo. La propuesta de la CE, que debe ser aprobada por el Consejo, prevé que las nuevas normas sean obligatorias para todos los automóviles que se vendan en la Unión Europea, por lo que incluirá también a los vehículos importados.
La decisión de este miércoles cierra una serie de disputas en el seno de la Comisión, donde el responsable de Medio Ambiente, Stavros Dimas, intentaba que toda la reducción de emisiones fuera realizada por los fabricantes de automóviles. Dimas afirma, en la misma conferencia de prensa, que sin la medida propuesta hoy, la Unión Europea no alcanzará sus objetivos de reducción de emisiones de CO2 (dióxido de carbono), uno de los gases causantes del cambio climático.
La decisión de este miércoles cierra una serie de disputas en el seno de la Comisión, donde el responsable de Medio Ambiente, Stavros Dimas, intentaba que toda la reducción de emisiones fuera realizada por los fabricantes de automóviles. Dimas afirma, en la misma conferencia de prensa, que sin la medida propuesta hoy, la Unión Europea no alcanzará sus objetivos de reducción de emisiones de CO2 (dióxido de carbono), uno de los gases causantes del cambio climático.
Además de la mejora en la tecnología en los motores que permita llegar a los 130 gramos por kilómetro, los elementos para lograr los 10 gramos adicionales incluyen: Un mayor uso de biocombustibles, una mayor eficiencia de los sistemas de aire acondicionado, la obligación de colocar en los coches indicadores de presión de los neumáticos, normas obligatorias para reducir la resistencia a la rodadura de los neumáticos, uso de sistemas que recomienden a los automovilistas un modo de conducción más ecológico, o el aumento de la eficiencia energética de los vehículos ligeros de carga (obligación de 175 gramos por kilómetro en 2012 y 160 en 2015)
La industria ya reduce las emisiones
Por su parte, la Asociación alemana de la Industria Automotriz (VDA) ha reclamado este miércoles, al saber las intenciones de la Unión Europea, se tenga en cuenta el segmento al que pertenecen los vehículos para establecer un límite de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la Unión Europea (UE). La VDA explica, en una nota de prensa, que está dispuesta a que se regulen estas emisiones contaminantes para proteger el medio ambiente, aunque "espera que se pueda evitar" una cota máxima única que no tenga en cuenta el tipo de vehículo.
La VDA recuerda que la industria automovilística alemana ha hecho "grandes avances" en cuanto a la protección medioambiental, ya que ha bajado el consumo de combustible un 25 por ciento desde 1990 y ha reducido las expulsiones de CO2 en el segmento de vehículos de lujo por encima de la media. La canciller alemana, Angela Merkel afirmó la semana pasada que "no aceptaremos una reducción general de las emisiones", que afectaría especialmente a Alemania porque las compañías germanas producen sobre todo turismos grandes y vehículos de lujo, con expulsiones superiores a las de los automóviles compactos.
La VDA recuerda que la industria automovilística alemana ha hecho "grandes avances" en cuanto a la protección medioambiental, ya que ha bajado el consumo de combustible un 25 por ciento desde 1990 y ha reducido las expulsiones de CO2 en el segmento de vehículos de lujo por encima de la media. La canciller alemana, Angela Merkel afirmó la semana pasada que "no aceptaremos una reducción general de las emisiones", que afectaría especialmente a Alemania porque las compañías germanas producen sobre todo turismos grandes y vehículos de lujo, con expulsiones superiores a las de los automóviles compactos.
Podría subir los precios
El comisario europeo de Industria, Gunter Verheugen, ha alertado de los "riesgos" que amenazan a los fabricantes de automóviles pequeños y medianos en España e Italia, al tener que competir con los precios de los coches similares producidos en terceros países.
El comisario ha admitido que, de salir adelante, la propuesta elevará los precios de los automóviles, aunque matizó que ello no se traducirá necesariamente en pérdidas de empleo en el sector. En ese contexto, Verheugen recordó las reestructuraciones ocurridas en el sector automóvil en el pasado y alertó de que, de volver a producirse, los países más afectados en la UE serían España e Italia, "que podrían ver socavadas sus perspectivas económicas".
Según el comisario, la competitividad "no es un problema para la industria de las marcas más destacadas, en la que poco importa que la producción sea 1.000, 2.000 ó 3.000 euros más cara, sino para los fabricantes de vehículos de tamaño medio y para los turismos". Precisó además que en España esos fabricantes sufren una tremenda presión sobre los costes e indicó que "las antiguas ventajas que ofrecía el país a nivel de mano de obra, ya no son tales".
En la actualidad, agregó, el país "sufre una desventaja a nivel competitivo por encontrarse en una situación periférica con respecto al mercado europeo". Según el comisario, ese ha sido también el motivo por el que General Motors decidió hace poco cerrar sus instalaciones en Portugal. Para Verheugen, "la cuestión es cómo hacer que la presión que sufren los fabricantes de automóviles pequeños y medianos no les lleve a trasladarse fuera de la UE". El comisario agregó que eso es, precisamente, lo que se pretende evitar con la estrategia presentada hoy.
Además, subrayó que la normativa no obligará por igual a todos los vehículos, sino que establecerá diferentes objetivos, en función de las distintas clases, categorías y tipos. Por otro lado, el secretario general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Ivan Hodac, indicó hoy que "habrá pérdidas de empleo en esos dos países (España e Italia)" porque agrupan buena parte de la producción de coches pequeños en Europa. Hodac pidió en una conferencia de prensa que los gobiernos español e italiano y los diputados de ambos países reaccionen en contra de la propuesta de la CE.
El comisario ha admitido que, de salir adelante, la propuesta elevará los precios de los automóviles, aunque matizó que ello no se traducirá necesariamente en pérdidas de empleo en el sector. En ese contexto, Verheugen recordó las reestructuraciones ocurridas en el sector automóvil en el pasado y alertó de que, de volver a producirse, los países más afectados en la UE serían España e Italia, "que podrían ver socavadas sus perspectivas económicas".
Según el comisario, la competitividad "no es un problema para la industria de las marcas más destacadas, en la que poco importa que la producción sea 1.000, 2.000 ó 3.000 euros más cara, sino para los fabricantes de vehículos de tamaño medio y para los turismos". Precisó además que en España esos fabricantes sufren una tremenda presión sobre los costes e indicó que "las antiguas ventajas que ofrecía el país a nivel de mano de obra, ya no son tales".
En la actualidad, agregó, el país "sufre una desventaja a nivel competitivo por encontrarse en una situación periférica con respecto al mercado europeo". Según el comisario, ese ha sido también el motivo por el que General Motors decidió hace poco cerrar sus instalaciones en Portugal. Para Verheugen, "la cuestión es cómo hacer que la presión que sufren los fabricantes de automóviles pequeños y medianos no les lleve a trasladarse fuera de la UE". El comisario agregó que eso es, precisamente, lo que se pretende evitar con la estrategia presentada hoy.
Además, subrayó que la normativa no obligará por igual a todos los vehículos, sino que establecerá diferentes objetivos, en función de las distintas clases, categorías y tipos. Por otro lado, el secretario general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Ivan Hodac, indicó hoy que "habrá pérdidas de empleo en esos dos países (España e Italia)" porque agrupan buena parte de la producción de coches pequeños en Europa. Hodac pidió en una conferencia de prensa que los gobiernos español e italiano y los diputados de ambos países reaccionen en contra de la propuesta de la CE.