(Libertad Digital) Los cinco "asesores internacionales" de Ibarretxe son el ex ministro de Asuntos Constitucionales del Gobierno de Sudáfrica, Roelf Meyer, el director del Centro para la Resolución de Conflictos Internacionales de la Universidad de Columbia en Nueva York, Andrea Bartoli, el primer ministro de Irlanda durante el periodo 1992-1995, Albert Reynolds, la primera representante de Human Rights Watch ante las Naciones Unidas, Joanna Weschler, y el que fuera director del Departamento de Resolución de Conflictos del Centro Carter, Harry Barnes.
Este martes en Vitoria el grupo mantuvo su primer encuentro con el presidente autonómico vasco y los consejeros de Justicia, Joseba Azkarraga (EA), y el de Asuntos Sociales y Vivienda, Javier Madrazo (EB). En su primera aparición han dejado claro por dónde dirigirán al lehendakari: los cientos de explosivos que se llevaron por delante la vida de dos ecuatorianos y dejaron cuarenta mil toneladas de escombros hay que interpretarlos como una "oportunidad". Su objetivo, según ha explicado Presidencia vasca, es asesorar al Ejecutivo vasco.
Explicaron que el atentado de ETA en Barajas es un "incidente" y que, por tanto, "no se puede permitir que un sólo incidente pueda descarrilar todo un proceso de paz". También hablaron del atentado como un "un reto" y "un desafío" a la negociación y que "no supone su fin". Y abogaron por crear "una confianza entre todas las partes implicadas en el proceso", lo que hace necesario que "todas ellas" puedan tener representación política.
El ex ministro de Asuntos Constitucionales del Gobierno de Sudáfrica, Roelf Meyer, aludió a unas desconocidas encuestas en las que "la opinión pública vasca y española sigue estando a favor de una solución pacífica y negociada del conflicto". Fue entonces cuando apuntó que "no se puede permitir que un sólo incidente pueda descarrilar todo un proceso de paz".
El atentado, como los que se niegan a negociar
A los que se oponen a seguir negociando con ETA, como la mayoría de las víctimas y el PP, que representa a cerca de diez millones de votantes, les colocó a la misma altura que los terroristas al decir que "aquellos que defienden que el proceso debe detenerse están actuando de un modo tan contraproducente como el propio atentado". Una acción terrorista que este grupo contempla como "una nueva oportunidad para fortalecer el proceso de paz y permitir nuevas negociaciones". Sus propuestas para avanzar en ese sentido son cuatro.
La primera, "adoptar un enfoque incluyente para la solución del conflicto". Y la segunda, "conseguir un contexto en el que todas las partes puedan tener una representación política". Esto es, dar voz política a Batasuna-ETA, formación ilegal considerada por el Supremo como parte de la banda terrorista. La tercera iniciativa va contra el propio grupo de asesores, ya que pasaría por desarrollar "un proceso interno" sin agentes externos. Y la cuarta sería centrarse en "una confianza entre los agentes y no los contenidos del proceso".