Si ayer cualquier ciudadano normal se hubiera preguntado si el Gobierno podría caer aún más bajo en el sistemático e intenso desprecio a las víctimas del terrorismo, la mayoría lo hubiera negado, o al menos lo hubiera puesto en duda. Hasta el día de ayer, el desprecio a las víctimas desde que gobierna Rodríguez Zapatero había establecido una de sus mayores cotas con el intento de manipulación de un minusválido sevillano en contra de la AVT. Ese insulto, como es sabido, aún está pendiente de rectificación.
Sin embargo, esta mañana el presidente del Gobierno ha ido aún más allá y ha equiparado los atentados terroristas a “accidentes mortales”. Por segunda vez, pues ya lo hizo el pasado mes de marzo en una entrevista. ¿Se puede ser más ruin para con las víctimas del terrorismo? ¿Se puede caer más bajo? Ni las víctimas del terrorismo, ni la sociedad española pueden permitir que se las insulte de tal forma. De la misma manera que la Asociación de Víctimas del Terrorismo ha pedido que López Garrido y Blanco entreguen sus actas de diputado por ensañarse en una mentira a pesar de haber sido desmentida por quienes la crearon y difundieron, el presidente del Gobierno debería abandonar la política de manera inmediata salvo rectificación oficial y pública a todas las víctimas del terrorismo y al conjunto de la sociedad española.