LD (Europa Press) El número de octubre de la revista Arantzazu recoge un escrito del Secretariado Social Diocesano, del Obispado de San Sebastián, titulado Normalización en Libertad, en el que se afirma que el "llamado conflicto vasco no puede reducirse, sin más, al conflicto generado por la violencia armada de ETA".
Añade que "la normalización del pueblo vasco tiene ante los ojos el logro de una forma de relación política y jurídica de este Pueblo con el Estado español que, siendo asumida libremente por la gran mayoría de la ciudadanía vasca, asegure un marco justo de actuación política y social, en libertad".
Asimismo, destaca que "en tanto no exista esa aceptación en libertad, del nuevo marco jurídico, no podrá hablarse de una normalización de Euskalerría ni de una justa autodeterminación de la ciudadanía vasca, que sostenga el marco históricamente exigible en el momento actual".
Finalmente, indica que "no se trata, pues, de conquistar un poder que se imponga a la fuerza a los demás, sino de hallar la forma más adecuada de configurar una manera de convivencia, en la que haya sitio para todos los proyectos políticos respetuosos de los derechos fundamentales de la auténtica democracia".
Franciscanos informados del "proceso"
Los franciscanos del Santuario guipuzcoano de Aránzazu realizan un seguimiento continuo en sus publicaciones del denominado proceso de paz, con artículos donde analizan y fijan su posición sobre los últimos acontecimientos del alto el fuego de la banda terrorista ETA.
Las tomas de posición se producen en alguna de sus publicaciones, como la revista Arantzazu o a través de distintos artículos en la página web del santuario, firmados por el fraile Iñaki Beristain, quien además de dirigir la revista, participa en el proyecto Baketik, el centro por la paz con sede en el santuario que dirige Jonan Fernández y que cuenta con el apoyo del obispo de San Sebastián, monseñor Uriarte.
Las tomas de posición se producen en alguna de sus publicaciones, como la revista Arantzazu o a través de distintos artículos en la página web del santuario, firmados por el fraile Iñaki Beristain, quien además de dirigir la revista, participa en el proyecto Baketik, el centro por la paz con sede en el santuario que dirige Jonan Fernández y que cuenta con el apoyo del obispo de San Sebastián, monseñor Uriarte.
En uno de los últimos artículos, que lleva fecha de noviembre, el monje franciscano denuncia que "hay miedo a la negociación y al diálogo", subrayando que "hay interés visible de colocarse en posiciones de ventaja cara a las conversaciones que se están produciendo o se vayan a producir". A su juicio, "para obtener esa ventaja se puede uno valer de la violencia o de las víctimas o de lo que dicen que 'el pueblo' exige, del peligro de la vuelta atrás o de decir no a todo".
En otro escrito reciente del mes de diciembre, los franciscanos a través de Beristain expresan su preocupación "por las dificultades que está viviendo el proceso hacia la paz". "No se nos pasa desapercibido el esfuerzo que algunos están haciendo para que este proceso no avance. Nos damos por enterados de maximalismos interesados que obstruyen el camino. Y sinceramente: las dificultades nos pesan, los palos en las ruedas nos duelen, y los intereses partidistas nos irritan", escribe.
También el editorial del mes de octubre de la revista Arantzazu, que lleva por título Queremos una fiesta en paz, tiene por objeto analizar la situación que en aquel momento vivía el alto el fuego de ETA. Firmado por Beristain, el editorial pide a los políticos que "dejen de marear la perdiz" y que "hablen donde tengan que hablar y no nos trasladen a través de la prensa sus follones y disensiones".
"Ya es mucho tiempo diciendo las mismas cosas, sintiendo el mismo miedo, escuchando las mismas sinrazones. ¡Cómo se puede dedicar todavía alguien a torpedear todo intento de paz! ¡Cómo se pueden ahorcar los mejores deseos de paz bajo violencias callejeras y bajo unos intereses electores evidentes!", recoge en el editorial, que hace una mención a las familias de los presos de ETA que estaban a la salida de la misa de la fiesta del santuario.
"Nos encontramos con los familiares de los presos que proclaman sus derechos y gritan su dolor. En este momento no es mi propósito analizar su situación ni su derecho ni sus reivindicaciones. Quiero quedarme con lo que significa: nuestra fiesta no es plena todavía", afirma el editorial.
El centro Baketik, proyecto impulsado por los franciscanos, fue inaugurado el pasado 14 de octubre. Pretende, según explica en su página web, contribuir a la paz y la reconciliación humana, prestar ayuda a los conflictos olvidados y a los olvidados de los conflictos, desde el punto de vista de la ética humanista.