L D (Europa Press) El presidente de Cantabria, el regionalista Miguel Ángel Revilla, recalcó este sábado que el Gobierno regional no tiene "nada que ver en absoluto" con la representación en Santander la próxima semana de la última obra de Leo Bassi, La Revelación, por lo que reclamó que dejen de enviarle cartas, correos electrónicos y faxes, que están "colapsando" e "inundando" su despacho y constituyen "una especie de tortura".
Apeló además a la libertad de expresión y recordó que España es un país "libre" y él no tiene competencias para impedir que se celebre una representación teatral. Según dijo, hay propuestas que "gustarán a unos y otras gustarán a otros", por lo que recomendó a quienes se oponen a este montaje "que no vayan" a verlo.
Personalmente, como católico, aseguró que él no irá a la representación, máxime "si es cierto" lo que se dice sobre la obra en las cartas y mensajes que recibe diariamente desde hace unas tres semanas y que, indicó, rondan ya los 1.500.
Revilla hizo estas aclaraciones en una rueda de prensa convocada ante un asunto que, si bien "puede parecer intrascendente" y una "tontería", como él mismo reconoció, le está originando "serios problemas". Y es que, a pesar de que la programación del montaje es iniciativa de la Obra Social de Caja Cantabria -"cuyo presidente es del PP"- y del Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Cantabria, numerosos ciudadanos se están dirigiendo a él, como presidente de la comunidad, para pedir que se suspenda.
Incluso, dice haber recibido cartas de "sacerdotes" que le exigen la retirada de la obra y amenazan con pedir a sus feligreses "el domingo desde el púlpito, que no voten" a Revilla en las próximas elecciones si no prohíbe la obra. El presidente, que dijo "no haber oído hablar" de Leo Bassi hasta ahora, se mostró indignado por el hecho de que se le pida la suspensión de la obra, cuando el Gobierno regional no es el organizador de la representación, ni la patrocina ni "pone un duro", pero también porque él como presidente no tiene competencias para prohibirla.
"Ofensiva" contra su persona
"Como si el presidente de Cantabria fuera una especie de todopoderoso que pueda ahora parar una película o intervenir en cosas que no son competencia suya. Por favor, que no me vuelvan loco, que me dejen en paz, que bastantes problemas tengo yo con las carreteras, con lo que son problemas del Gobierno, para que ahora haya una ofensiva contra mi persona", reclamó el presidente.
En este sentido, criticó que algunas de las cartas llegan a ser "hirientes y personales" y hasta le preguntan qué pensaría su padre "si levantara la cabeza". "La han tramado conmigo", denunció el presidente, quien consideró que se trata de un "montaje orquestado por alguna organización nacional", porque recibe cartas desde distintos puntos de España. "Yo creo que hay un centro, en algún sitio de España, que ha dado esa consigna y han dicho: a por Revilla. Yo para lo bueno y para lo marlo me tengo que cargar con todos los mochuelos, pero creo que éste es absolutamente injusto. A mí que me registren en esta materia", apostilló.
"Cultura con mayúsculas"
Para Revilla, "si el Gobierno de Cantabria fuera el organizador" tendría que dar "alguna explicación", pero no es el caso. Por el contrario, subrayó que el Ejecutivo "se dedica a organizar otras cosas" y trae a Cantabria a artistas como Bruce Springsteen, Ennio Morricone, Paco de Lucía o Montserrat Caballé.
De hecho, consideró que a la Consejería de Cultura no se le habría "pasado por la cabeza" en ningún caso organizar una representación como ésta, porque se dedica a hacer "cultura con mayúsculas" y "hay que intentar hacer cultura no polémica". Según dijo, no puede imaginarse que el consejero "hubiera metido en el Año Lebaniego precisamente una actuación de éstas".
"Que no vayan"
En todo caso, insistió en que en España hay libertad de expresión. "Yo no soy nadie para prohibir, en un país donde existe la libertad de expresión, que haya gente que organice cosas de este tipo. Que no vayan, no puedo decir otra cosa, es que no puedo hacer más. Que no me señalen a mí con el dedo, que en esta historia no tenemos nada que ver nosotros (el Gobierno) y mucho menos yo. Que vayan los que quieran y los que no, que no vayan", subrayó.