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López Obrador sigue sin asumir su derrota electoral y se autoproclama "presidente legítimo" de México

El líder izquierdista, Andrés Manuel López Obrador, fue investido este lunes por sus seguidores como "presidente legítimo" de México en la plaza del Zócalo de la capital en un nuevo acto de protesta por los resultados electorales que su partido sigue sin aceptar y que le otorgaron la victoria a Felipe Calderón. López Obrador –que tendrá a su cargo un "gabinete alterno"– presentó en su discurso de "toma de posesión" un programa de gobierno compuesto por 20 puntos y con tres ejes que contempla "la defensa del pueblo, de la democracia y del patrimonio nacional". El acto ha recibido fuertes críticas de analistas y detractores políticos que calificaron el acto de "locura", "ridículo" y "broma".

El líder izquierdista, Andrés Manuel López Obrador, fue investido este lunes por sus seguidores como "presidente legítimo" de México en la plaza del Zócalo de la capital en un nuevo acto de protesta por los resultados electorales que su partido sigue sin aceptar y que le otorgaron la victoria a Felipe Calderón. López Obrador –que tendrá a su cargo un "gabinete alterno"– presentó en su discurso de "toma de posesión" un programa de gobierno compuesto por 20 puntos y con tres ejes que contempla "la defensa del pueblo, de la democracia y del patrimonio nacional". El acto ha recibido fuertes críticas de analistas y detractores políticos que calificaron el acto de "locura", "ridículo" y "broma".
L D (EFE) La senadora Rosario Ibarra colocó en el pecho de López Obrador una banda tricolor que el maestro de ceremonias llamó "banda presidencial". Previo a este acto, se interpretó el himno nacional, que escucharon de pie López Obrador, de 53 años, y los doce miembros de su "gabinete alterno".
 
También estuvieron presentes como invitados especiales sus hijos, Andrés Manuel y Gonzalo López; la escritora Elena Poniatowska; el alcalde entrante de ciudad de México, Marcelo Ebrard; y el saliente Alejandro Encinas, y líderes de partidos mexicanos de izquierda. "Estamos aquí congregados porque ante el fraude del 2 de julio decidimos declarar abolido el régimen de corrupción y privilegios, y comenzar la construcción de una nueva República", dijo el líder izquierdista al inicio de su discurso.
 
López Obrador delineó su programa de "gobierno" que se apoyará en legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), que conforman los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia, para llevar al Congreso iniciativas de ley. El programa de 20 puntos y con tres ejes contempla la defensa del pueblo, de la democracia y del patrimonio nacional. López Obrador dijo que promoverá mediante iniciativas de ley la creación de empleos, salarios justos, subsidios para los ancianos, discapacitados y madres solteras, además de que bajará los impuestos para los pobres.
 
También se pronunció contra la construcción del muro que autorizó el gobierno de Estados Unidos en su frontera con México, y mandó un mensaje de solidaridad a las organizaciones civiles del sureño estado mexicano de Oaxaca, que exigen la renuncia del gobernador Ulises Ruiz. Afirmó que promoverá la renovación de las instituciones públicas, el derecho a la información, el combate a la corrupción en el poder judicial, la autonomía sindical y los derechos de los indígenas.
 
Añadió que no permitirá la privatización "en ninguna de sus modalidades" de la industria eléctrica y el petróleo, creará una "Comisión de la Verdad" para investigar los procesos de rescate bancario y carreteros; y promoverá la protección los recursos naturales y zonas arqueológicas del país. López Obrador, quien conformó su "gabinete alterno" con personalidades de la izquierda, pretende llevar a cabo una gira por el país para dar a conocer su programa y denunciar al gobierno de Calderón.
 
La "investidura" de López Obrador recibió fuertes críticas de analistas y detractores políticos, quienes calificaron el acto de "locura", "ridículo" y "broma". Pero varios dirigentes de izquierda salieron en defensa de López Obrador, como Jesús Ortega, portavoz del FAP, quien dijo que "la izquierda se mantendrá dentro de la vida política, de la lucha electoral, no nos iremos a la montaña, no nos saldremos de la lucha política ni democrática". En el Zócalo, López Obrador volvió a mandar "al diablo a las instituciones", como lo hiciera después de que perdió las elecciones del 2 de julio, pero esta vez dijo que en aquel entonces debió decir "al diablo con las ruinas de instituciones que nos quieren imponer".

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