(Libertad Digital) Navarra es el principal escollo en las negociaciones secretas entre Batasuna-ETA, PSE y PNV que se celebran en el Santuario de Loyola (Guipúzcoa). Precisamente, la banda terrorista condicionó en su último zutabe la continuidad del alto el fuego a que durante el otoño se dieran pasos visibles y se cerrasen los acuerdos necesarios para el desarrollo del proceso.
Según "diversas fuentes" consultadas por Europa Press, las demandas de Batasuna-ETA sobre la comunidad foral son de dos tipos: a) Los terroristas siguen defendiendo la constitución de una única mesa de partidos, en la que esté representada Navarra. b) El órgano común entre País Vasco y la comunidad foral no sea simbólico, sino que esté dotado de competencias, de manera que se convierta en un embrión para avanzar hacia el proyecto de Euskal Herria que históricamente han defendido ETA y Batasuna.
Además, los representantes de Batasuna no se conforman con declaraciones ambiguas sobre este asunto, sino que exigen a los otros dos partidos garantías de que eso se va a cumplir y poner en marcha. Hasta ahora, la respuesta de los representantes del PNV y PSE a esa demanda de Batasuna, es que ellos no pueden dar garantías sobre el futuro de la comunidad foral, acogiéndose al principio de que Navarra será lo que decidan los navarros. Este escollo ha bloqueado las conversaciones.
El País desvela que pese al terrorismo callejero siguen los contactos
Según el diario progubernamental por antonomasia, "los dos principales partidos vascos, pese a la kale borroka, han proseguido los contactos discretos con Batasuna, el último esta misma semana, para avanzar hacia la mesa de partidos". El País desvela, sin querer, la esquizofrénica contradicción del llamado "proceso de paz": por un lado, destaca que PNV y PSE "han manifestado a Batasuna" que con violencia no habrá acuerdo sobre la mesa de partidos. Por otro, está el hecho incontrovertible de que no han dejado de reunirse con los terroristas para avanzar hacia un acuerdo, de espaldas al Parlamento y a la sociedad, y en medio de una lluvia de cócteles molotov en las calles, cartas de extorsión, incluso de un intento de atentado contra dos policías y el robo de más de 300 pistolas en Francia.
La misma información que llega del partido del Gobierno a su diario oficioso señala que "las próximas semanas, hasta fin de año, serán decisivas" para la evolución del llamado "proceso de paz".
En este sentido, otro foco de información privilegiada próximo al Gobierno, el diario El Correo de Vocento, confirma este domingo la idea de que antes de que concluya el año se decantará definitivamente el proceso: "El Gobierno espera que ETA decida antes de Navidad si mantiene la tregua", titula este diario.
Según El Correo: "El Ejecutivo ha transmitido a la organización terrorista que ha agotado su margen de maniobra, que no está dispuesto a realizar concesiones, ni en el campo penitenciario, ni en materia política ni en la Ley de Partidos".
Volviendo a la información de El País, de lo publicado por este diario se desprende que los tratos entre PSOE y Batasuna-ETA avanzan a la espera de un gesto de buena voluntad de la banda terrorista y otro de su brazo político. Ya hay fórmulas sobre la mesa sobre autodeterminación e integración de País Vasco y Navarra. Durante los ocho meses de tregua, Patxi López ha defendido públicamente el derecho de los vascos a decidir, en línea con el compromiso adquirido por José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 29 de junio, en su declaración ante el comienzo del "proceso de paz", en el pasillo del Congreso de los Diputados. López ha invocado modelos de referéndum como los de Québec y Montenegro. En julio pasado, sin embargo, se comprometió a reunirse una sola vez con Batasuna-ETA, y solo para "mirarles a los ojos" y pedirles que condenen la violencia y acaten la Ley de Partidos.
En reuniones como la de esta misma semana, de espaldas al Parlamento y a la sociedad, PNV, PSE y Batasuna-ETA "han abordado (...) las relaciones entre Navarra y Euskadi. PNV y PSE están dispuestos a explorar el intento del Gobierno efímero del socialista Javier Otano, de 1995, de crear un órgano común permanente entre la comunidad vasca y la navarra, con capacidad de propuesta", resume El País.
Según este diario, la idea topa con la pretensión de los terroristas de "dotar al órgano común de capacidad legislativa, que sería tanto como proponer un parlamento común, a lo que se oponen PNV y PSE". Otro condicionante es que "cualquier propuesta sobre Navarra tendría que contar, también con el apoyo de los partidos navarros".