L D (Europa Press) Monseñor Manuel Monteiro de Castro, que inauguró el VIII Congreso Católicos y Vida Pública "El desafío de ser hombre", que se celebra en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid hasta el próximo domingo, comenzó su intervención con "un afectuoso saludo" del Papa Benedicto XVI, a quien representa en España, para todos los presentes.
Según el nuncio, en la sociedad se prefiere desde hace tiempo "el vano entretenimiento, la innovación y la tecnología sin rumbo, o la moda como frivolidad", cuestiones, a su entender, reflejadas en las obras de arte, la literatura, el teatro, el cine o los medios de comunicación.
Por contra, "para muchos la transcendencia, la espiritualidad, la vida eterna no tienen significado". "Dios no existe y si existe no se ocupa del hombre. El hombre no tiene que dar cuentas de su actuar nada más que a la sociedad y ante la historia", constató Monteiro.
Consecuencias desastrosas
En este punto, el nuncio afirmó que "esta ideología inmanente lleva a consecuencias desastrosas": "La ética está en lo que decide la sociedad o la mayoría de un grupo humano. Por la historia conocemos las trágicas consecuencias de estas categorías mentales. La historia del Antiguo, del Nuevo Testamento, así como la de estos últimos siglos y la de nuestros días, nos muestra las barbaridades cometidas teniendo como base una ética sin referencia a Dios".
Así, consideró un "desafío" del hombre actuar "como criatura creada a imagen y semejanza de Dios", algo, que "exige coraje y, sobre todo, una gran confianza en el Señor" y enumeró como "valores irrenunciables": la dignidad intrínseca de cada hombre, la vida humana como valor fundamental y el valor de la identidad singular de todo ser humano, cuestiones, a su juicio, "a veces olvidadas" por la ciencia y la tecnología actual.
Responsabilidad y ciencia
Con todo, monseñor Monteiro explicó que La Iglesia, que proclama la libertad de investigación, "hace oír con igual fuerza la llamada a la responsabilidad en la política científica". Según declaró, el científico "ayuda verdaderamente a la humanidad si conserva el sentido de trascendencia del hombre sobre el mundo, y de Dios sobre el hombre".
En este sentido, recordó por "muy luminosas" las palabras pronunciadas por Su Santidad Benedicto XVI en el seminario organizado por la Congregación para la Educación Católica el pasado 1 de abril, sobre la relación entre la persona humana, la ciencia y la técnica, en las que plantea que "el ser humano no puede ser sacrificado jamás a los éxitos de la ciencia o de la técnica".