(Libertad Digital) En un privilegiado espacio en la sección editorial de El País, Máximo Cajal, presentado como "embajador de España", el representante del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en la "Alianza de Civilizaciones" vuelve a explicar que la "iniciativa inédita" se caracteriza por su condición de proyecto político, por su vocación global y por el objetivo de seguridad "que persigue para la preservación de la paz y de la estabilidad internacionales". Con esas características, destaca, los autores del proyecto pretenden que la alianza sea "un instrumento operativo en manos del secretario general de la ONU".
Cajal destaca que la "Alianza de Civilizaciones" es "un llamamiento al rearme moral de la comunidad internacional" ante el "fatalismo" generalizado que supone dar por "irremediable" una fractura o enfrentamiento entre los "mundos musulmán y cristiano secularizado". Además, dice, es "una convocatoria mundial contra la claudicación y el abatimiento en el combate contra el extremismo y contra su manifestación más radical: el terrorismo".
Diagnostica que aunque se pongan en practica las necesarias medidas policiales, "éstas serán insuficientes si no extirpamos simultáneamente sus raíces más profundas". Por ello, dice, "el nuestro es un combate por otros medios, basado en un concepto blando de la seguridad, ya que el origen del mal que pretendemos atajar está en las mentes y en los corazones."
Desde el punto de vista ético, el ex embajador ante Guatemala durante el asalto militar a la sede diplomática en 1980 que se saldó con la muerte de 39 personas, dice que la "Alianza de Civilizaciones" está "presidida por un puñado de consideraciones morales" que se oponen a la "incontestada hegemonía unipolar". Ese es el escenario, pronostica, "que comienza a asomar en el horizonte del siglo XXI" y en "donde una Europa ampliada también a Turquía tendrá que asumir el protagonismo que le corresponde" y "hacerlo en términos políticos, económicos y militares pero también, y sobre todo, morales".
Máximo Cajal recuerda que la iniciativa no es "producto de la improvisación semejante catálogo de premisas éticas" sino que corresponde a una "postura ideológica consistente a lo largo del tiempo, tanto en la oposición como en el poder". De hecho, destaca en su texto que el "origen de este armazón doctrinal" podría remontarse "a la presentación que hizo Rodríguez Zapatero del programa electoral del partido socialista y a su discurso de investidura el quince de abril de 2004". En ambos actos, acota Cajal, el actual presidente pide trabajar por "un mundo justo y más seguro", invita a fortalecer a la ONU y al multilateralismo, así como cumplir los llamados "Objetivos del Milenio" para la erradicación de la pobreza y la miseria. En terminos llanos, cierra Caja, "construyamos juntos una verdadera Alianza de Civilizaciones".