En esa declaración del 26 de marzo que se le ocultó a Del Olmo, de seis folios, la testigo relata que el 5 de marzo, seis días antes de la masacre, la Guardia Civil de Tráfico de Leganés la despertó a las dos de la madrugada y le preguntó por su vehículo. Tras reclamarle todos los datos sobre la matriculación y el lugar donde lo tenía aparcado, en el barrio de Salamanca, en el centro de Madrid, los agentes le pidieron que acudiera con el coche a la sede de la Agrupación de Tráfico, en Leganés. Según ese testimonio, allí se presentó a las tres y cuarto de la madrugada. Le preguntaron si había estado en Avilés y si conocía a El Chino o Suárez Trashorras. Y le explicaron que esas dos personas habían circulado con un coche que tenía las matrículas dobladas. Estas no eran otras que las del vehículo de la compareciente. Ese coche sospechoso había sido multado trafico "en Asturias y en Madrid, en la carretera de Burgos".
La Policía buscaba seis días antes del 11-M a Trashorras y El Chino pero se lo ocultó al juez
El 5 de marzo de 2004, seis días antes del 11-M, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Leganés interrogó a una vecina de este municipio madrileño a la que pidió que acudiera a prestar declaración con su vehículo. Las placas de la matrícula habían sido dobladas y el otro coche que las usaba había tenido un accidente esa misma noche. Los agentes, según desvela El Mundo, le preguntaron si había estado en Aviles y si conocía a Suárez Trashorras o El Chino. Tras la masacre, ratificó su declaración ante la Unidad Central de Información Exterior de la Policía Nacional. La citó el 26 de marzo pero su testimonio no llegó a Del Olmo. Le entregaron una segunda declaración en la que no hubo preguntas sobre el ex minero asturiano y el supuesto suicida de Leganés.
(Libertad Digital) A finales de 2004, El Mundo ya desveló esa toma de declaración, de madrugada, de una vecina de Leganés a la que habían doblado las placas de su coche. El otro vehículo que las usaba acababa de tener un accidente y la Guardia Civil sospechaba de Emilio Suárez Trashorras y El Chino. Por eso le interrogaron en la Agrupación de Tráfico cinco días antes del 11-M. Después de los atentados, el 26 de marzo, la Unidad Central de Información Exterior de la Policía Nacional volvió a citar a esta testigo y también le volvió a preguntar por el ex minero y el terrorista que supuestamente se suicidó en Leganés. Lo que ahora destapa el diario que dirige Pedro J. Ramírez es que esta declaración nunca llegó al juez Del Olmo. La que le remitieron los agentes fue una posterior, del día siguiente, en la que ya no hubo preguntas sobre Trashorras y El Chino.
El periódico apunta que la UCIE "ocultó al magistrado que investigaba el 11-M que la Guardia Civil buscaba a José Emilio Suárez Trashorras y a Jamal Ahmidan, El Chino, en Madrid seis días antes de los atentados. Y estos datos estaban acreditados en la declaración realizada ante dos agentes policiales el 26 de marzo de 2004 por una testigo que nunca llegó a manos del juez Juan del Olmo". El coche que había usado las placas dobladas de la testigo "fue el utilizado presuntamente por los autores del 11-M a finales de febrero de 2004 para trasladar la Goma 2 Eco desde Avilés a Madrid".
Dos declaraciones, sólo una llega al juez
Tras los atentados, el 26 de marzo de 2004, la Comisaría General de Información volvió a reclamar a esta testigo, que repitió lo dicho ante la Guardia Civil pero no lo remitió al juez Del Olmo. Al día siguiente, la testigo fue llamada de nuevo. Cuando la mujer preguntó por qué tenía acudir otra vez a las dependencias de la Policía en Canillas, los agentes le explicaron que había habido un "problema informático" y se había estropeado el soporte en el que se había recogido la primera declaración.
Sostiene El Mundo que "su testimonio fue recogido por otros dos funcionarios, diferentes a los que firmaron el acta de declaración el día anterior. De los primeros no hay noticias en ninguno de los escritos enviados posteriormente al juez instructor de la causa".
El nuevo interrogatorio fue prácticamente calcado al anterior y el orden de las preguntas, pese a que no había copia por ese supuesto error informático, el mismo. En la primera declaración, a preguntas de los agentes de la UCIE, la testigo cuenta que los agentes de la Guardia Civil le preguntaron por Suárez y "por un nombre en árabe". En la segunda declaración esas preguntas ya no fueron realizadas y la testigo no lo narra.
Y concluye el diario que "el acta de declaración del día 26 de marzo consta de seis folios. El Mundo tiene una copia íntegra del documento firmada por los agentes que realizaron la comparecencia y por la testigo. El acta enviada a la Audiencia Nacional consta de cuatro folios".
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