L D (EFE) En España Zapatero no pierde oportunidad para justificar su negociación política con los terroristas de ETA, con discursos pacifistas, en los que la paz se convierte en el oráculo que guía todas sus acciones. Después de proponer la Alianza de Civilizaciones como solución a los problemas del mundo, en Montevideo, donde se celebra la Cumbre Iberoamericana, el presidente del Gobierno ha pronunciado un discurso sin esas referencias a "la paz" en el que, coincidiendo con el estreno de la película de Al Gore, el "cambio climático" es el protagonista.
Dice Zapatero que "ya ha causado más víctimas que el terrorismo internacional" y que éste no es el problema más grave al que se enfrenta la comunidad internacional. El argumento de Zapatero es que "la desertificación ha forzado ya el desplazamiento de 25 millones de personas y, en 2100, un tercio del planeta podría no ser cultivable. Siendo indiscutiblemente un enemigo terrible, el terrorismo internacional no es la única gran amenaza, ni tal vez la más grave, a la que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI".
Además obsequió a los presentes con sus "teorías" para explicar, sino justificar, el origen del terrorismo. Dijo que es "muy complejo" y responde en parte a un "proceso de modernización frustrada o inacabada en muchas sociedades, a la incapacidad –añadió– para encontrar soluciones a conflictos enquistados, a la frustración ante las escasas perspectivas económicas y sociales, particularmente entre los jóvenes".
Pero, insistió, en que la gran amenaza ya no es el terrorismo sino que es "el hambre y la pobreza en grandes áreas del globo". Y reiteró que "las cifras son escandalosas. Cuarenta y cinco millones de personas mueren al año de hambre y malnutrición y la mitad de los niños del mundo vive en condiciones de pobreza. La mitad de la población mundial vive con menos de dos dólares al día".