(Libertad Digital) En una extensa carta en el diario que se ofreció a publicar su reflexión sobre el 11-M, Ibarra recuerda a Joseba Pagazaurtundúa, a su madre y hermana, y al dolor de la propia Rosa Díez después de su asesinato. Pero asegura que "jamás se le ocurrió pedir cuentas" por la marginación de Joseba en el PSE, de la política de los socialistas vascos y menos sospechó que fueran "cómplices de la política tibia del PNV con respecto a ETA".
Refiriéndose continuamente a ella como "querida Rosa" y reiterando el "respeto" que le profesa, recuerda Ibarra las "diferencias" que mantiene con "otros miembros" de la dirección, enfatizando que es lo propio de un partido de izquierdas en el que les unen "los ideales" y no "intereses bastardos". Y ya en la última de las cuatro columnas, Ibarra habla de su posición respecto a la negociación con ETA: "Si yo tuviera la más mínima duda de que Zapatero pretendiera traicionar a las víctimas" o "entregar a ETA alguna conquista política", dejaría de pertenecer "a la dirección federal".
"No me cabe la menor duda", insiste, "por eso no creo, ni remotamente, las insinuaciones y acusaciones del PP", en alusión a la de Pío García Escudero en el Senado respecto a los contactos entre ETA y el PSE en el año del asesinato a Pagaza. "Te equivocas cuando haces caso a Acebes, Zaplana o García Escudero", sostiene. "Sin quererlo, insiste, nos ofendes a todos".