(Libertad Digital) El PSOE había prometido un candidato "fuerte, conocido por todos y volcado con Madrid". Con estos detalles, el que fuera presidente de la Comunidad de Madrid, el socialista Leguina, recurrió a la ironía para proponer a Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés. Por entonces ya había asistido al espectáculo de la candidatura fantasma de Bono y a los descartes continuados: ni Felipe González, ni Javier Solana, ni Gregorio Peces Barba. Los tres se apartaron de la carrera por la Alcaldía de Madrid inmediatamente después de que sus nombres comenzaran a sonar. También lo hizo, pero menos, José Borrell mientras que De la Vega prefirió dejar que siguieran los rumores al no decir ni que sí ni que no.
Al final, el elegido es un hombre del entorno de Zapatero que hasta ahora desempeñaba el cargo de asesor del presidente en asuntos económicos. Ni ha hecho política en Madrid ni es conocido por los madrileños. Antes de llegar al gabinete de Zapatero, su puesto estaba en el BBVA como director del Servicio de Estudios, entre finales de 1999 y enero de 2003.
Su nombre sonó para la formación del Gobierno tras el 14-M. Casi todas las quinielas le colocaban como ministro de Economía. Al final se impuso Solbes, que no ha ocultado sus diferencias con el hasta ahora asesor del presidente. Sebastián, de 49 años, es economista y profesor titular de Fundamentos del Análisis Económicos de la Universidad Complutense de Madrid.
Una elección personal de Zapatero
Su designación como candidato tendrá que aprobarla un Partido Socialista de Madrid que no ha jugado papel alguno en la elección. Se enteró de la candidatura de Bono por la prensa y nada ha trascendido de que la dirección regional se haya reunido en los últimos días para hacer el ofrecimiento a Miguel Sebastián.
Un dato significativo es que el anuncio oficial, tras la filtración a El País, ha corrido a cargo del propio Zapatero en la sede nacional del PSOE, en la madrileña calle Ferraz. Sin embargo, el presidente ha dejado las primeras palabras para Rafael Simancas. Acto seguido ha intervenido el propio Sebastián, y Zapatero se ha encargado de cerrar un acto que se ha llevado a cabo justo después de que concluyera la votación en el Parlamento Europeo. Una votación eclipsada por la comparecencia del presidente tras la filtración oportuna.