(Libertad Digital) Cuando se detectó la mochila en la comisaría de Puente de Vallecas, se ordenó el inmediato desalojo de la comisaría y se requirió la presencia de los Tedax, que se llevaron el artefacto al Parque Azorín y lo desactivaron, sin detonarlo. Esto permitió disponer del explosivo y del teléfono móvil como pistas fundamentales del caso. Antes de su desactivación tuvo que realizarse la radiografía.
Ahora cuenta La Gaceta de los Negocios que esa prueba está fechada el 12 de abril de 2004, "es decir, justo un mes después de la fecha que le correspondería". El dato está sacado del sumario, en la página 19.280, "en el que se acredita la entrega como prueba de la radiografía a la Audiencia Nacional, el 13 de julio de 2004, de manos del inspector de Policía de los Tedax con carné profesional 28.296".
Sobre este asunto fue preguntado el tedax por el juez Del Olmo, al que explicó que se había tratado de un error.
La información que firma José María Olmo en La Gaceta añade que la fecha no es el único dato que aparece en la radiografía. Hay otros datos manuscritos en dos de los bordes de la placa. Sí que consta el carné profesional 65.501, correspondiente al agente que desactivó manualmente el explosivo, y la frase escrita a mano "artefacto desactivado llevado a Comisaría Pte. Vallecas y perteneciente al tren del Pozo". Lo que no figura es la firma del Tedax ni el número de incidencia correspondiente.
Desvela el diario que "además, los datos de la prueba están manuscritos en dos de los laterales, bordeando la esquina superior derecha, de un modo extraño y burdo" y apunta que "el mes de retraso en su fecha no es la única circunstancia extraña que ha rodeado a esta prueba".
Una mochila envuelta en sospechas
En este punto recuerda lo adelantado por Libertad Digital, que la Policía ocultó durante meses al juez Del Olmo la existencia de esta radiografía. En ese tiempo, la prueba estuvo "en las dependencias de la Unidad de Desactivación de Explosivos de la comisaría de Moratalaz en vez de pasar a disposición de la Comisaría General de Información, encargada de custodiar todas las pruebas y de realizar la investigación".
Son muchas las sospechas que se ciernen sobre la conocida como mochila de Vallecas, aunque realmente es una bolsa de deportes. La tarjeta SIM del teléfono hallado en su interior permitió las detenciones del 13-M, día de reflexión, y posibilitó el rastreo para llegar a Morata y Leganés. Como ya desveló Luis del Pino, una veintena de ensayos realizados por Libertad Digital con cuatro teléfonos Trium T-110, iguales a los de la mochila número 13, confirmaron que ese modelo no necesita tener colocada la tarjeta SIM para que el despertador suene.
Hasta ahora, los Enigmas del 11-M han puesto sobre la mesa la ausencia total en esa bomba de huellas y rastros de ADN de ninguno de los 116 detenidos por los atentados. También que la hora de programación del teléfono no era la misma de las bombas que estallaron en El Pozo, donde supuestamente también estaba estaba mochila de Vallecas. Tampoco coincide su composición con la de las mochilas detonadas por los Tedax en las estaciones de Atocha y El Pozo. Además, la bomba de la mochila de Vallecas no estaba preparada para explotar. Nunca lo podría haber hecho porque tenía dos cables sueltos.