L D (EFE) Pese a que en un principio fuentes del grupo terrorista islámico Hamas, que lidera el propio Haniye, confirmaron que se trató de un atentado contra la vida del primer ministro, posteriormente otras fuentes de su Oficina intentaron quitarle hierro al suceso, diciendo que no se trató de un intento de asesinato. Según esta nueva versión oficial los disparos tuvieron como blanco unos vehículos de la Fuerza Auxiliar de Seguridad, leal a los terroristas de Hamas y creada hace unos meses por el Ministerio del Interior, que se encontraban justo detrás del convoy de Haniye, uno de los cuales terminó incendiado.
En la misma línea de tratar de rebajar la tensión, el portavoz del Gobierno palestino, Ghazi Hamad, negó que Haniye sufriera un atentado en una breve comparecencia ante medios de comunicación. Explicó que la comitiva del primer ministro pasó por el campo de refugiados de Nuseirat a primeras horas de la tarde, cuando "por casualidad" se produjo un incidente armado entre familias rivales.
El portavoz agregó que un grupo de individuos disparó contra un vehículo del campo de refugiados y no contra los que formaban parte del convoy del jefe del Gobierno. Los autores de los disparos, miembros del clan de los Ramadán, intentaban vengar la muerte de uno de sus familiares hace tres semanas por disparos de agentes de la Fuerza Auxiliar de Seguridad. Según esta nueva versión oficial, los guardaespaldas del primer ministro efectuaron disparos al aire para despejar la zona y permitir el movimiento del convoy, por lo que en un principio se pensó que el ataque tuvo como blanco a Haniye.
El jefe del Gobierno terrorista palestino salía de rezar de una mezquita de la zona, en la que expresó, durante una de sus habituales homilías de los viernes, su rechazo a la convocatoria de elecciones anticipadas, tal y como pretende fijar el presidente palestino, Abú Mazen. En su sermón, Haniye no hizo mención explícita a qué medidas tomará Hamas en caso de que Mazen decida disolver el Gobierno y convocar elecciones, pero de sus comentarios se desprende cierta tensión y los temores de que se desencadene una guerra civil. "Todos vosotros tenéis aquí opciones que no tienen otro objetivo que sacar a Hamas del gobierno. La rueda de la historia no marchará hacia atrás", aseveró el líder del movimiento islámico.
Y agrego: "Todas estas opciones no traerán la estabilidad y la calma y no supondrán una salida a la crisis" política. Mazen aún no ha revelado sus intenciones, pero sus allegados han advertido esta semana de que había vencido el plazo dado por el presidente para alcanzar con el grupo terrorista Hamas un acuerdo que permita el establecimiento de un gobierno de coalición como posible salida a las fricciones políticas y al boicot de la comunidad internacional. El presidente palestino, según las fuentes, tiene previsto realizar una comparecencia pública este sábado, en la que se espera que dé a conocer un "giro dramático" en el curso político, lo que ha aumentado las sospechas de que podría disolver el Parlamento y convocar elecciones.
Con todo, Haniye asegura que Mazen no tiene derecho a convocar comicios anticipados o a formar un gobierno de emergencia. El suceso de este viernes ocurrió menos de 12 horas después de que representantes de Hamas y Al Fatah alcanzaran un acuerdo –con la mediación de Egipto– para acabar con la violencia y las luchas entre militantes de facciones rivales, que hace tres semanas se cobraron la vida de más de una docena de palestinos en Cisjordania y Gaza.
En la misma línea de tratar de rebajar la tensión, el portavoz del Gobierno palestino, Ghazi Hamad, negó que Haniye sufriera un atentado en una breve comparecencia ante medios de comunicación. Explicó que la comitiva del primer ministro pasó por el campo de refugiados de Nuseirat a primeras horas de la tarde, cuando "por casualidad" se produjo un incidente armado entre familias rivales.
El portavoz agregó que un grupo de individuos disparó contra un vehículo del campo de refugiados y no contra los que formaban parte del convoy del jefe del Gobierno. Los autores de los disparos, miembros del clan de los Ramadán, intentaban vengar la muerte de uno de sus familiares hace tres semanas por disparos de agentes de la Fuerza Auxiliar de Seguridad. Según esta nueva versión oficial, los guardaespaldas del primer ministro efectuaron disparos al aire para despejar la zona y permitir el movimiento del convoy, por lo que en un principio se pensó que el ataque tuvo como blanco a Haniye.
El jefe del Gobierno terrorista palestino salía de rezar de una mezquita de la zona, en la que expresó, durante una de sus habituales homilías de los viernes, su rechazo a la convocatoria de elecciones anticipadas, tal y como pretende fijar el presidente palestino, Abú Mazen. En su sermón, Haniye no hizo mención explícita a qué medidas tomará Hamas en caso de que Mazen decida disolver el Gobierno y convocar elecciones, pero de sus comentarios se desprende cierta tensión y los temores de que se desencadene una guerra civil. "Todos vosotros tenéis aquí opciones que no tienen otro objetivo que sacar a Hamas del gobierno. La rueda de la historia no marchará hacia atrás", aseveró el líder del movimiento islámico.
Y agrego: "Todas estas opciones no traerán la estabilidad y la calma y no supondrán una salida a la crisis" política. Mazen aún no ha revelado sus intenciones, pero sus allegados han advertido esta semana de que había vencido el plazo dado por el presidente para alcanzar con el grupo terrorista Hamas un acuerdo que permita el establecimiento de un gobierno de coalición como posible salida a las fricciones políticas y al boicot de la comunidad internacional. El presidente palestino, según las fuentes, tiene previsto realizar una comparecencia pública este sábado, en la que se espera que dé a conocer un "giro dramático" en el curso político, lo que ha aumentado las sospechas de que podría disolver el Parlamento y convocar elecciones.
Con todo, Haniye asegura que Mazen no tiene derecho a convocar comicios anticipados o a formar un gobierno de emergencia. El suceso de este viernes ocurrió menos de 12 horas después de que representantes de Hamas y Al Fatah alcanzaran un acuerdo –con la mediación de Egipto– para acabar con la violencia y las luchas entre militantes de facciones rivales, que hace tres semanas se cobraron la vida de más de una docena de palestinos en Cisjordania y Gaza.