(Libertad Digital) Eduardo Zaplana se refirió en la sesión de control al Gobierno en el Congreso a la agresión a Acebes y Piqué por parte de militantes socialistas en un hecho que "no en un caso aislado en Cataluña" y reprochó a la vicepresidenta que el Gobierno se ha negado a condenar estos actos. "Es de la máxima gravedad no condenar estas agresiones que parecen matonismo político", dijo y preguntó a De la Vega si el Gobierno puede garantizar el pleno y libre ejercicio de los derechos democráticos "a los que no coinciden con su política. ¿O van a terminar suspendiéndonos los actos?".
"El Gobierno garantiza los derechos y libertades de todos en Cataluña y el resto de España", fue la lacónica respuesta de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
Zaplana insistió entonces en que las agresiones al PP responden a toda una estrategia política del PSOE. "Primero fueron los acuerdos para excluir a la oposición -pactos del Tinell-, luego no condenan los asaltos a nuestras sedes en momentos difíciles, después se detiene ilegalmente a militantes del PP y no se garantizan los derechos y libertades en los procesos electorales, de momento en Cataluña", resumió el diputado popular. "Eso hace sentirse cómodo al presidente del Gobierno, que se ufana de que a él no le pasa nada en el mismo momento en que se agrede a la oposición", recordó en referencia al discurso de Zapatero el mismo día del ataque a Acebes y Piqué. "Todo vale, fue así para llegar al poder y sigue siendo su regla para mantenerse". "Les voy a hacer un ruego: no envíen militantes a que nos peguen", concluyó.
"Su victimismo no es creíble", respondió De la Vega. La vicepresidente hizo referencia a una moción aprobada el martes en el Senado en el que todos los partidos reafirmaron el respeto a las ideologías y a expresar las propias ideas como un derecho recogido en la Constitución. "Resulta indigno que en un Estado de Derecho se intente acallar la voz de nadie por la fuerza, y es intolerable agredir al que piensa de manera diferente". Por fin, con casi diez días de retraso, De la Vega hizo lo que no ha querido hacer Zapatero. "Condenar sin paliativos las agresiones que sufrieron ustedes el otro día".