(Libertad Digital) En un nuevo artículo firmado por Casimiro García-Abadillo que da nuevas luces sobre la investigación, se revela que Francisco Ramírez, jefe de la Sección de Análisis, pidió un nuevo análisis para así esconder el que ya habían realizado los tres peritos de la Policía Científica que entregaron el 21 de marzo de 2005 con las observaciones en las que se establecen posibles vínculos entre la banda terrorista ETA y los atentados del 11-M.
Así, El Mundo muestra los dos documentos que prueban el hecho. En el primero de ellos, el original con fecha 14 de marzo de 2005 y con número R.S. 6684, se pide un "Estudio, análisis e Informe Pericial" mientras que en el segundo, el que refleja la petición de un análisis "ficticio" –y que daría origen al informe falsificado sin ninguna de las observaciones sobre ETA de los tres peritos– sólo se solicita un "análisis de las muestras". Tiene además la misma fecha y número de registro que el anterior.
Este nuevo documento forma parte de la serie de falsificaciones que se realizó para que el informe final –en el que no constaban las mencionadas observaciones sobre ETA– pareciera ser el resultado final de una cadena lógica: primero se hace la petición de análisis, se hace el estudio y posterior informe, y se envía a destino tras su registro en el libro de salida. Según las revelaciones de El Mundo estos tres pasos fueron alterados de alguna u otra manera.