L D (Agencias) Monseñor Rouco animó "a que se interprete bien justamente cuando nos encontramos en una situación de dar la espalda a Dios por una gran parte del pensamiento europeo, y cuando se cree que se puede establecer una buena relación con el Islam de hoy, con esas capas de fundamentalismos que impregnan el Islam en muchos casos y que impiden que lo que se conoce como el Islam moderado emerja con la suficiente fuerza en la opinión pública".
"Con las actuales visiones puramente relativistas de Dios, le va a ser muy difícil a Europa conseguir del Islam que comprenda y acepte una forma de diálogo creativa, fructífera, serena y, sobre todo, pacífica", siguió diciendo el arzobispo de Madrid.
Cree que es normal que Benedicto XVI esté disgustado, "porque la impresión de que estamos ante una enorme manipulación de las palabras del Papa en función de objetivos políticos, es sencillamente apabullante", informó Europa Press.
Visita difícil a Turquía
En este contexto, preguntado si el próximo viaje del Papa a Turquía se presenta difícil, el cardenal Rouco recuerda que las visitas de Pablo VI y de Juan Pablo II a esa zona no fueron fáciles. "Quiera Dios que estos episodios tan tristes de estos días no se conviertan en un impedimento insalvable para que se pueda realizar el viaje, que no sólo tiene como objetivo la relación con Turquía, con el Estado y con la comunidad política turca, sino sobre todo con el Patriarcado de Constantinopla, y con lo que significa desde el punto de vista de las Iglesias ortodoxas", agregó.
Respecto a la reciente visita de Benedicto XVI a Alemania, donde pronunció el discurso que ha sido mal interpretado y ha dado lugar a la reciente polémica, monseñor Rouco recordó que el Papa centró su actuación y sus gestos en recuperar lo que puede llamarse 'la savia viva de la fe' en la sociedad y la Iglesia en Europa.
Y destacó que el contenido nuclear de esa fe es Dios, "y no cualquier Dios, sino el Dios verdadero, el Dios vivo que se ha revelado en Jesucristo y que se nos comunica a través del don del Espíritu Santo. Este acento, este contenido esencial de todo lo que ha dicho, suponen un toque de atención a la Iglesia en Europa".