L D (J.A.B) Las palabras de este martes de Julen Madariaga vuelven a poner de actualidad los contactos entre el PSOE y los terroristas. El que fuera fundador de ETA aseguró en París que en el año 2004, antes de que los socialistas venciesen en las elecciones del 14 de marzo, el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, le pidió que mediara entre su partido y la organización terrorista. Según dijo Madariga, él se negó, pese a que, según afirmó, Eguiguren le había dicho que el por entonces líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, estaba "al corriente y apoyaba con toda su fuerza" esos contactos.
El PSOE tardó apenas unas horas en negar la existencia de los contactos desvelados por Madariaga. Primero, a través de un portavoz fantasma del PSE, que no quiso ser identificado tras hablar con las dos principales agencias de noticias españolas. Después, a través del portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Diego López Garrido.
Los socialistas siempre han negado haber mantenido contacto alguno con ETA o su entorno cuando han sido destapados por los medios de comunicación, aunque no han tenido problemas en reconocerlos para decir que han sido clave en el inicio del proceso de negociación actual.
Las primeras noticias sobre los contactos entre batasunos y socialistas llegaron en enero de 2005. Unos de los portavoces de Batasuna-ETA, Joseba Permach, reconoció la existencia de "contactos indirectos y personales" entre los ilegalizados y el PSOE. Los socialistas negaron las palabras de Permach tanto desde la sede central del partido, en la madrileña calle de Ferraz, como desde la propia comunidad vasca. Tardarían más de un año, hasta febrero de 2006, en reconocer la existencia, siquiera, de este tipo de contactos. El encargado de hacerlo fue el histórico socialista alavés Ramón Jáuregui, quien argumentó que "Euskadi es un pañuelo" para confirmar la existencia de esos contactos personales.
A mediados de 2005, la revista Tiempo publicaba que una "troika" formada por tres socialistas vascos mantenía, en un caserío de Elgoibar (Guipúzcoa), encuentros periódicos con tres batasunos para abrir un proceso de negociación. Los implicados eran Francisco Egea, Jesús Egiguren y José Antonio Pastor, del PSE y Arnaldo Otegi, Rafa Díez Usabiaga y Pernando Barrena, en represantación de Batasuna-ETA. Unos contactos que habían comenzado mientras el PSOE se encontraba todavía en la oposición.
El socialismo entró en cólera. Tanto el PSOE como el PSE negaron rotundamente la existencia de esos contactos, e incluso, José Antonio Pastor, portavoz del PSE y uno de los participantes en los encuentros, amenazó con querellarse contra la revista. Sin embargo, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se limitó a evadir la cuestión cuando fue preguntada en el Congreso de los Diputados.
Una vez más, fueron los propios socialistas los que terminaron reconociendo la existencia de contactos formales con el brazo político de ETA. Tres días después del alto el fuego decretado por los terroristas, el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, afirmaba en una entrevista a un periódico regional que el diálogo entre socialistas vascos y Batasuna-ETA había sido "muy útil" para llegar al alto el fuego.
Los mayores detalles sobre las negociaciones entre el Gobierno y ETA los ha publicado, hasta el día de hoy, el altavoz de la organización terrorista, el diario Gara. El pasado mes de julio, afirmaba que el Gobierno Zapatero empezó a negociar la tregua con ETA en junio de 2005, alcanzó un acuerdo en 2006 y no negaba que los contactos se iniciaran con el PSOE en la oposición. Tanto el Gobierno como el PSOE lo negaron de forma rotunda, aunque también lo hicieron anteriormente ante contactos que más tarde han terminado reconociendo.