(Libertad Digital) El etarra, integrante del Comando Madrid y uno de los asesinos más sanguinarios de ETA, fue detenido en el año 1987 y condenado a prisión por el asesinato de veinticinco personas.
Según el código penal de 1973, el etarra debería haber abandonado la cárcel en 2005, sin embargo, el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez lo condenó por hacer apología del terrorismo en dos artículos publicados en el diario Gara en diciembre de 2004.
Éste es el motivo de que el etarra se haya declarado en huelga de hambre. Además de sus artículos para Gara, el terrorista presume de su faceta como escritor de novelas.
A pesar de la condena, el etarra ha seguido escribiendo para el periódico vasco. En una página web mantenida por sus seguidores, se recogen y traducen todos sus escritos. Se pueden leer en ella artículos del pasado mes de junio de 2006, en pleno acercamiento del Gobierno a la banda terrorista. Para De Juana, se trata de un proceso "muy duro" y en el que será necesario "aglutinar una marea social".
Estas son las palabras del terrorista:
El proceso político abierto el 24 de marzo de 2006 se pronostica irreversible: con todo lo de irreversible que tienen la Historia y la política. Será largo; tan largo como al Estado le beneficie, para intentar reconducir un proceso de «normalización» en base a derechos históricos, políticos y sociales en otro de simple «pacificación». Y será duro: puesto que, llegado el momento, habrá que hacer un gran esfuerzo para entrar en un restaurante y encontrarte con tu torturador sentado en la mesa contigua; o cruzarte en el portal con quien fue responsable de tanta represión y sufrimiento. ¡Será muy duro!
Está bien el espumillón, los villancicos y las zambombas (advierto que zambomba no tiene ninguna connotación bélica). Pero la realidad es mucho más prosaica y el Estado ni ha renunciado al efecto «que viene el lobo», ni a la amenaza, ni a las fauces de la bestia. Y la izquierda abertzale deberá trabajar mucho, hacer malabarismos y aglutinar una marea social, o las ilusiones y el esfuerzo de décadas serán devorados.
Está bien el espumillón, los villancicos y las zambombas (advierto que zambomba no tiene ninguna connotación bélica). Pero la realidad es mucho más prosaica y el Estado ni ha renunciado al efecto «que viene el lobo», ni a la amenaza, ni a las fauces de la bestia. Y la izquierda abertzale deberá trabajar mucho, hacer malabarismos y aglutinar una marea social, o las ilusiones y el esfuerzo de décadas serán devorados.
(Gara, 9 de mayo de 2006)
En otro de estos documentos, el etarra identifica a la derecha española con el franquismo y la acusa de estar siempre en contra de "los que quieren la libertad para Euskadi". Éstas son sus palabras:
El efecto «que viene el lobo» es un recurso siempre a mano tanto para la derechona (quienes habitualmente más lo enfatizan) como para cualquier otro gestor del poder. Que a todos les resultan útiles la moto y el sidecar, como argumento más o menos soterrado, para frenar avances democráticos o restringir libertades. Esto sí, con la cansina resistencia de quienes antes y ahora pretenden irse a descansar en libertad: libertad real.
(Gara 10 de abril de 2006)
En sus artículos, califica a los etarras de "presos políticos". La web de exaltación de este asesino en serie lo considera un "escritor" y se pide justicia para su causa.